El departamento de Salud ha reconocido este jueves quince proyectos de buenas prácticas en humanización llevados a cabo durante los últimos dos años en Navarra, en el marco de la III Jornada de Buenas Prácticas en Humanización El valor de lo invisible

Uno de esos programas premiados es el protocolo de Detección Temprana de la Violencia contra las Mujeres, sus hijas e hijos, que se puso en marcha en marzo de este año y que ha mejorado la capacidad de descubrir a estas víctimas: en cinco meses se han detectado en las consultas de Osasunbidea 386 casos de violencia de género. Este protocolo está dirigido a mujeres mayores de 15 años y consiste en la realización de un cuestionario, a modo de test, que permite detectar los tres tipos de violencia: física, psicológica y sexual.

Según han detallado los profesionales que lideran este programa, entre el 1 de marzo y el 30 de julio se ha pasado el test de cribado a 783 mujeres, de las cuales 261 tuvieron un resultado positivo por lo que se les realizó el test de confirmación, siendo finalmente 133 las mujeres que podían estar sufriendo violencia de género. 27 de estos casos fueron detectados en consultas de Atención Primaria y 106 en los CASSyR (Centro de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva) y Salud Mental.

Con la implementación de este programa, han asegurado los profesionales, se ha mejorado la capacidad de detección, ya que se ha pasado de detectar 296 casos entre marzo y junio de 2023 a las 386 que se han descubierto en toda la red sanitaria en el mismo periodo de este año.

"Existe una clara infradetección por parte de los servicios sanitarios de las mujeres que sufren violencia, lo que dificulta la atención y asistencia integral a su problema de salud y el correcto acompañamiento en su proceso", han señalado, que han destacado que los test utilizados para descubrir estos casos "son herramientas muy útiles que facilitan la detección e incrementan de forma significativa la capacidad diagnóstica", además de estar validados científicamente.

Aplicación del código suicidio

La aplicación del código suicidio ha sido otro de los proyectos de buenas prácticas de humanización galardonados por el departamento de Salud. Desde su puesta en marcha en diciembre de 2022 se han activado en Navarra un total de 503 códigos suicidio, de los cuales 46 (9%) correspondieron a menores de 17 años.

Según han detallado los profesionales de Salud Mental, el objetivo de este programa es facilitar la identificación y seguimiento de personas en riesgo de quitarse la vida y mejorar la seguridad y continuidad de sus cuidados.

En cuanto al perfil, el 63% de códigos se activaron en mujeres, algo que contrasta con las cifras de suicido, ya que la mayoría de casos se dan en hombres. La mitad de las personas a las que se les activó este procedimiento estaban en seguimiento en Salud Mental y el 43% presentaban una conducta repetida.

“Tras dos años del programa se ha detectado un descenso del número de activaciones y casi el 100% de las personas con código suicidio acuden a la primera cita que se les concerta con el centro de Salud Mental”, han señalado en las jornadas.

Pizarras en la UCI pediátrica para mejorar la comunicación

Los profesionales de la UCI pediátrica del Hospital Universitario de Navarra(HUN) han implementado pizarras blancas a pie de cama para mejorar la comunicación y el abordaje del estado emocional de los pacientes. Según han explicado este jueves en la jornada sobre buenas prácticas de humanización –en las que este proyecto ha sido galardonado–, se instalaron estas pizarras para que los menores ingresados escribiesen datos como su edad, fecha de cumpleaños, nombres de sus familiares, etc., así como qué cosas les gustan y cuáles no para que los profesionales puedan abordar adecuadamente su estado emocional.

En los casos consultados, la mayoría de familiares se mostraron “bastante o muy de acuerdo” en que estas pizarras son de ayuda durante el ingreso y un 66% afirmó que sirvió para la distracción del menor. En cuanto a los profesionales, el 96% aseguró que su uso facilitó “mucho o bastante” la comunicación con el menor y su familia. “La pizarra es una herramienta eficaz en la comunicación y es bien acogida por las familias”, han concluido las profesionales.

Reducir las contenciones físicas a la mitad en pacientes psiquiátricos

La contención mecánica –inmovilización física– es un método terapéutico de emergencia que los sanitarios usan exclusivamente cuando hay una amenaza inmediata para la vida o integridad física del paciente o de terceros. Es el último recurso, pero su empleo genera mucho malestar entre pacientes y familiares, por ello en la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del Hospital Universitario de Navarra (HUN) han implementado una estrategia para buscar alternativas a la inmovilización física y gracias a ello y a los profesionales se ha conseguido reducir a la mitad el número de contenciones mecánicas a pacientes psiquiátricos en cinco años.

En concreto, se ha pasado de 261 contenciones en 2018 a 106 en 2023, según han explicado los responsables de esa estrategia en las jornadas sobre humanización celebradas ayer en la que fueron galardonados por el departamento de Salud. Para reducir las inmovilizaciones, han señalado, se ha formado a los profesionales en medidas de contención no coercitivas, así como en técnicas de prevención y desescalada verbal.

Impulsar la promoción de la salud de la comunidad gitana

El departamento de Salud ha implementado un programa para la promoción de la salud dirigido a la población gitana de Navarra, especialmente a aquellas personas que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad.

Se trata de uno de los proyectos que este jueves ha sido distinguido por el departamento de Salud como ejemplo de buenas prácticas de humanización y que tiene como objetivo mejorar el nivel de salud de la comunidad gitana, reduciendo las desigualdades en accesibilidad y utilización de servicios.

Según detallaron ayer las responsables del programa, el año pasado se atendió a un total de 3.233 personas de etnia gitana, se trabajó con 931 familias y se llevaron a cabo 719 sesiones grupales de educación para la salud, todo ello de la mano de las asociaciones La Majarí, Gaz Kaló y La Romaní.

Además, durante este año se está elaborando la I Encuesta a población gitana de Navarra para valorar los avances logrados y detectar la brecha de salud que sigue existiendo respecto al resto de la población.