En comparación con años anteriores, los responsables de la Escuela Oficial de Idiomas de Navarra (EOIDNA) están percibiendo que el alumnado solicita certificar su nivel lingüístico “en edades más tempranas” porque “está mejor preparado”. En euskera, al tratarse de la lengua vehicular de aprendizaje de buena parte del alumnado, éste se acredita en el nivel C1 en Bachillerato. En inglés, la mayoría del alumnado se acredita en B2 en Bachillerato, pero también comienza a hacerlo de forma creciente en 4º de ESO. Y un grupo minoritario de estudiantes también se presenta a certificar su nivel C1.
Esta nueva situación hace que la Escuela tenga entre sus retos que el alumnado pueda consolidar su aprendizaje y alcanzar con éxito el nivel que pretende. “Las instituciones educativas tenemos parte de responsabilidad en la consecución de esos resultados por parte del alumnado”, explica Garbiñe Urreizti, directora de EOIDNA.
Los porcentajes medios de aprobados suelen situarse en un 65% si bien depende mucho de los idiomas y los niveles.
Mejorar la evaluación
La EOIDNA apuesta por la mejora continua del aprendizaje de idiomas y también de sus resultados. “La formación que se ofrece, el diseño de las pruebas y la adecuada corrección de los exámenes del alumnado requieren un análisis constante y planes de mejora”, asegura Urreizti, que añade que “tenemos que seguir trabajando para garantizar estos objetivos”.
Según explican los responsables de la EOIDNA, el profesorado de la Escuela (23 docentes) tiene todas las semanas una sesión de estandarización para unificar criterios de puntuación en los distintos idiomas. “Todos puntuamos un ejercicio y justificamos porque hemos puesto un 4 o un 6, por ejemplo”, explican. Además del profesorado de esta institución, unos 300 docentes de colegios e institutos colaboran en el programa de acreditación de Secundaria, en el que están inscritos más de 6.000 estudiantes. “Por colaborar en el programa y por normativa, el profesorado colaborador tiene su compensación horaria y económica y está muy comprometido e implicado”, asegura el jefe de estudios de la EOIDNA, Marcelino Arrosagaray, que reconoce que “es una plantilla flotante donde todos los años cambia un 30% aproximadamente”.
Desde la Escuela les facilitan materiales educativos y trabajamos la estandarización de criterios de evaluación con guías y muestras a evaluar conjuntamente.