World Animal Protection ha informado que a pesar de un creciente conocimiento entre los turistas sobre el sufrimiento que los espectáculos y paseos con elefantes generan en estos animales, "en lugar de alejar a los turistas del entretenimiento con elefantes, ha llevado a un auge de lugares que ofrecen la oportunidad de bañar elefantes". En los últimos cinco años, "se ha más que triplicado en Tailandia el número de estos lugares".
La organización ha explicado que todos los elefantes usados para actividades de contacto directo con turistas, como los baños, "han pasado por un terrible ‘entrenamiento’", independientemente de si fueron tomados de la naturaleza o criados en cautiverio. Este proceso, según World Animal Protection, "implica que los elefantes bebé son arrebatados a sus madres, privados de agua y alimentos, encerrados lejos de otros elefantes, y en muchos casos son golpeados en repetidas ocasiones hasta lograr controlarlos a base de temor".
World Animal Protection ha señalado que "cuando los turistas visitan lugares para bañar elefantes, están contribuyendo a que se perpetúe la crueldad hacia los elefantes". Asimismo, ha advertido que muchos de estos lugares "se muestran falsamente como santuarios o centros de rescate y éticos, logrando engañar a muchos turistas con buenas intenciones".
Según los datos proporcionados por la organización, "en Asia hay alrededor de 3,800 elefantes cautivos que son explotados para entretenimiento y turismo, repartidos en 357 lugares". En Tailandia, el número de elefantes cautivos "ha incrementado un sorprendente 70% en 10 años", albergando tres cuartas partes de los elefantes cautivos de Asia.
El informe titulado Los elefantes no son mercancías ha detallado que "2,390 elefantes (63%) sufren en condiciones severamente graves en 357 lugares en los países estudiados, y de esos solo 279 elefantes (7%) se mantienen en lugares de alto bienestar". Estos datos han contrastado con las cifras de 2015, cuando "2,242 elefantes (77%) vivían en condiciones no adecuadas y 194 elefantes (7%) se mantenían en lugares de alto bienestar".
La investigación ha revelado que, antes de la pandemia de COVID-19, "la industria de elefantes cautivos generaba entre 581 y 770 millones de dólares en ventas cada año". World Animal Protection ha afirmado que "estas ganancias se lograron a costa del sufrimiento de los elefantes".
Finalmente, la organización ha insistido en que "la industria del entretenimiento con elefantes es parte del multimillonario comercio de vida silvestre" y ha hecho un llamado para "terminar con el comercio de vida silvestre, para siempre".