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Las obras de Yesa, 3 meses paradas y no tienen fecha de retorno

La CHE confía en que en 2025 se pueda reactivar el recrecimiento, pero necesita que el Estado apruebe el cuarto modificado de una obra que se inició hace 24 años y cuyos aliviaderos no sirven

Las obras de Yesa, 3 meses paradas y no tienen fecha de retornoJavier Bergasa

La obra interminable del recrecimiento del embalse de Yesa no parece que pueda escribir pronto su final. De hecho, a la vista de los antecedentes de una obra cuyo origen se remonta a hace más de dos décadas, de los abundantes y complejos problemas técnicos que presenta o que se manifiestan como novedosos, y de la cuestión nada baladí y a menudo olvidada de que más de un centenar de familias tuvieron que ser indemnizadas para abandonar sus residencias en las urbanizaciones Lasaitasuna y El Mirador debido a las grietas que presentaba la ladera en la que se encontraban asentadas, quien se atreva a ponerle epílogo ahora mismo al recrecimiento no pasará de hacerlo en un ejercicio de mero atrevimiento.

Pese a ello, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) mantiene su confianza, quién si no, en que la Administración General del Estado apruebe a lo largo de 2025, en concreto del primer semestre según las previsiones más optimistas, el cuarto modificado del recrecimiento. La aprobación de dicho documento técnico, que varía de ubicación los aliviaderos de la presa, resulta crucial para la continuidad de la obra y por tanto para que se puedan retomar unos trabajos que van camino ya de enlazar tres meses paralizados.

El cuarto modificado del recrecimiento de Yesa provocó en octubre la suspensión temporal de los trabajos afectados por dicha modificación, según la Confederación Hidrográfica del Ebro, que afirmaba que el resto de obras siguen en marcha. El organismo gestor de la Cuenca del Ebro aseguró que “los aliviaderos no se han visto afectados por deslizamiento alguno. La modificación ahora propuesta no es consecuencia de ese suceso. El deslizamiento, ya estabilizado, ocurrió en el otro lado de la presa (estribo derecho)”. Además, manifiestan, dicha modificación de la obra afecta, en esencia, a los nuevos aliviaderos, que “se han rediseñado para cumplir mejor su función de desembalse y laminación en caso de avenida”.

Según la información que ofrece la Confederación, el recrecimiento se encuentra actualmente ejecutado al 82%, con el cuerpo de presa ya realizado a la espera de la forma que se disponga finalmente para dichos aliviaderos. El escenario del año 2025 se antoja decisivo para saber qué ocurrirá con Yesa. El presidente de la CHE, Carlos Arrazola, reflejó en una de sus últimas intervenciones que la obra no cree que se pueda finalizar antes de que acabe el año 2027.

La complejidad técnica

Tres años vista para ejecutar apenas un 18% de la obra suena a que las dificultades van a seguir presentes a la hora de poder reactivar dichas tareas. Miguel García Vera, jefe de Planificación de la CHE, admitió en público que el recrecimiento de Yesa sufre retrasos debido a la complejidad técnica de la obra y a una dificultad añadida como es el hecho de que la propia obra se ejecuta mientras el embalse sigue en funcionamiento, es decir, que continúa almacenando agua, laminando avenidas y aportando agua de boca y de riego.

El Gobierno central no ceja sin embargo en su empeño en que la obra termine a toda costa. Según los cálculos de la asociación Río Aragón, el recrecimiento se presupuestó hace más de 20 años en unos 113 millones de euros y actualmente se llevan gastados ya 500 millones en esos trabajos. Y el dinero sigue fluyendo. Así, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, defendió recientemente en el Senado que el recrecimiento de la presa de Yesa es “seguro” y “fundamental” de cara a lluvias extremas. De esta forma respondió durante la sesión de control al Gobierno al ser preguntada por la senadora de Geroa Bai, Uxue Barkos, sobre si tienen previsto revisar los protocolos de seguridad de obras hidráulicas como el recrecimiento de esa presa ante el aumento de las precipitaciones extremas e inundaciones como las ocurridas recientemente en Valencia.

“El recrecimiento de la presa de Yesa se ha diseñado bajo los mayores estándares de seguridad, su aliviadero cumple con las normas técnicas de seguridad de presas y embalses”, señaló Aagesen. La vicepresidenta tercera, que incidió en que el embalse de Yesa es una infraestructura fundamental para reducir los daños cuando hay inundaciones, explicó que el año pasado se hizo una actualización sobre su seguridad, que la normativa vigente es mucho más estricta y que el diseño original ha cambiado: “Es mucho, muchísimo más seguro”. Si se usara la literalidad de las palabras de la ministra, también podría por tanto pensarse que el proyecto original era muchísimo menos seguro que el actual y que, aún así, fue aprobado.

Río Aragón habla de proyecto irracional

Recientemente, la Asociación Río Aragón, contraria al recrecimiento, pidió una retirada estratégica “a tiempo” de este proyecto “irracional” con problemas de seguridad que, ante fenómenos como las danas, “no hace sino aumentar el potencial de peligrosidad de forma exponencial”. El colectivo advirtió en un comunicado de las consecuencias que unas precipitaciones similares a las que se han producido en Valencia provocarían en Yesa, con unos aliviaderos de capacidad limitada que sólo podrían desalojar hasta 1.495 metros cúbicos por segundo como máximo, lo que podría haber generado “una auténtica bomba”, con efectos devastadores aguas abajo de la presa o en el pueblo de Sigüés.

Recordó así que en 2012 como consecuencia, entre otras razones y según la CHE, de importantes precipitaciones en otoño, con aportaciones que llegaron a los 115 l/m2, se tuvieron que desalojar, expropiar y demoler dos urbanizaciones de Yesa debido a los deslizamientos que se produjeron en la ladera derecha, que llegaron a levantar la cimentación de la propia presa.

Azcón pide ahora consenso para la obra

A la contra de dicho planteamiento, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, del Partido Popular, afirmó en el Parlamento autonómico antes de fin de año que en Yesa “no hay alternativa, ha llegado el momento de que, en estas Cortes, trabajemos con el mayor consenso posible para pedir que se hagan labores preventivas”, no solo limpiar los cauces de los ríos, sino para “la construcción de las infraestructuras hidráulicas que permiten laminar estas crecidas de los ríos”, los embalses, recalcando que en Aragón “las crecidas importantes no han significado catástrofes importantes porque había embalses que almacenaban el agua”. La obra de Yesa, como ven, es tan difícil que alcance consenso como final.