El feminismo se revela como un arma poderosa contra las mil caras del machismo y la violencia de género, el auge de los fascismos y la ultraderecha, y el propio debilitamiento de las democracias y los derechos conseguidos.
Acabamos de ver que el TSJN ha rebajado una condena por violación a una menor de 13 a 8 años aduciendo que la víctima aparentaba ser mayor. ¿No es terrible? ¿Pero no sigue habiendo un juicio social que es más preocupante que el de la propia justicia?
–El juicio social es muy importante, aunque creo que es menor que hace 9 años cuando la violación múltiple de La Manada y por supuesto que en 2008 cuando el asesinato de Nagore Laffage. Las mujeres nos hemos topado históricamente con un mundo judicial, machista y patriarcal, que no nos ha creído. Está pendiente este tema en la judicatura, el de las responsabilidades de las consecuencias de sus decisiones y actos. Y también que el sistema sea más ágil (tardan dos y tres años o más, en juzgar, con el consiguiente sufrimiento y revictimización de la víctima). Por no insistir en la escasa todavía formación en género, excepto honrosas excepciones.
¿Activista desde 1975? ¿Qué deberíamos aprender de aquellos años en los que la causa del feminismo coincidía con otras batallas sociales?
Cuando nosotros empezamos con el feminismo era muy duro porque todavía se nos imaginaba con rabo y cuernos, todas iguales físicamente, llamadas “marimachos” y con ningún conocimiento de la importancia del feminismo para la transformación social. Sin embargo, estábamos en un momento social y político donde había ilusión esperanza de cambio. Teníamos mirada de futuro donde las personas fueran felices con derechos y sin guerras. El feminismo se unió rápidamente al antimilitarismo y participaban cada vez más mujeres de diferentes asociaciones y espacios en los que estaban peleando por la vida cotidiana, por la mejora de nuestros barrios y pueblos por tener pan, vivienda, trabajo, mejores salarios, por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, la diversidad sexual y el cuestionamiento del heteropatriarcado, el aborto, el divorcio... Gritando, “la calle y la noche también son nuestras” Pero cada época y cada ola del feminismo ha aportado más y mejor. Ahora da gusto ver a las jóvenes con esa frescura.
Ha vivido al frente de Lunes Lilas dos hitos: el caso Nagore en 2008 y La Manada en 2016. ¿Qué supusieron para Navarra y cuál es ahora el principal reto en la lucha contra la violencia machista?
El asesinato de Nagore Laffage siempre insistimos que fue un referente en poner la violencia sexual en el debate social hasta entonces era muy difícil porque se nos negaban los datos de qué ocurría en los Sanfermines y no había conciencia ni en las sociedades ni en las peñas de lo que esto suponía. Se empieza todo un trabajo importantísimo que la manada es el exponente claro donde se inciden sobre todo en peñas y espacios festivos donde además empiezan un trabajo conjunto entre el movimiento feminista la sociedad en esa sociedad es y algunas instituciones realmente para sensibilizar en la cultura de la violación. Navarra tuvo mucho que ver en la consecución de la ley conocida como el solo el sí o sí fue de quien empujamos en las calles en todos los espacios porque detectamos desde Nagore Laffage hasta ya el todo lo que vivimos con La Manada que no había nada que realmente garantizase el consentimiento o solo si así o no es no de las mujeres esto fue algo fundamental que se fraguó fundamentalmente en Navarra y que a raíz del asesinato de Nagore se fue extendiendo por todos los lugares. Ahora en 2025, los retos que tenemos son que realmente se respete el consentimiento, que las medidas que se adopten en materia y violencia sexual sean realmente integrales y que se haga claro en la Justicia el “yo sí te creo”.
Acabamos de celebrar el 8M, un muro feminista trata de plantar cara a la amenaza global de la ultraderecha en EEUU y Europa, discursos negacionistas sobre violencia de género o machismo, ¿qué hay detrás?
Detrás hay un poder político constituido mayoritariamente por hombres blancos heterosexuales, ricos de países poderosos que pretenden sencillamente que solo unas pocas personas y especialmente los hombres como ellos, puedan vivir muy muy bien y que el resto de la humanidad no tengamos derechos en ningún sentido ni sobre nuestro cuerpo ni a vivir con dignidad, a un trabajo bien pagado, a una vivienda, que niegan todo lo que son la educación y la sanidad universal y gratuita y por supuesto que insisten en que los hombres son así y las mujeres asá y punto. Todas iguales, sin diversidades de ningún tipo y que además cada uno tiene que tener su espacio y bien diferenciado y jerarquizado. Lo preocupante es que inciden por vía redes, en gente joven que no ve o siente cuáles son las ventajas de un Estado democrático y se está abriendo una brecha política entre chicas y chicos. El feminismo ayuda a la paz y pone la vida y los cuidados en el centro, a una vida digna de ser vivida. Y que ha sido garantista de derechos básicos humanos, como la salud, educación. Pero es cierto que el feminismo tenemos que avanzar en estos mensajes para dejar claro que aquí no hay una simple lucha de sexos, que realmente hay una situación de unos cuantos que quieren dominar el mundo en contra del resto de la humanidad. Y eso es el sistema heteropatriarcal capitalista, superliberal y racista.
Hace poco presentó una charla con Cristina Fallarás, ¿las mujeres hemos perdido el miedo a denunciar públicamente los acosos y agresiones sexuales sufridos? ¿Cómo ve el universo navarro y qué le llega?
Es verdad que muchas más mujeres hemos perdido el miedo a denunciar o a relatar lo que hemos vivido y hacer conciencia de lo que supone la violencia sexual para nosotras y que es la cultura de la violación, cuáles son sus bases estructurales y como debemos de avanzar, que el único camino, la única vacuna realmente es el feminismo y la igualdad. En Navarra yo creo que ha habido una conciencia enorme de que mi cuerpo es mío y que se necesita el consentimiento para cualquier cosa y, sobre todo, que violencia sexual no es solo una violación donde haya penetración, sino que la agresión sexual es todo aquello que no respeta nuestro consentimiento. Quiero añadir también que, en este momento, los hombres que tienen conciencia feminista o que están por la igualdad tienen que ser no activos sino super pro activos.
¿Es necesario una mirada feminista al envejecimiento de las mujeres ante una sociedad tan edadista? ¿Mayor, veterana, senior, vieja…, cómo se siente cómoda Tere Sáez?
Es evidente que necesitamos una mirada feminista en la gerontología sobre el envejecimiento de las mujeres en particular, pero también de los hombres porque es cierto estamos en una sociedad que no solo es machista es que también es edadista, es decir que desprecia el que las personas cumplan años olvidando que nuestra vida se desarrolla desde que nacemos hasta que nos morimos es un continuum donde vamos envejeciendo desde el primer momento. La sociedad, la familia, en general los recursos institucionales también tratan a quienes vamos haciéndonos mayores o viejas de una manera infantil nos quitan prácticamente el derecho a decidir sobre nuestras vidas y por supuesto negando la sexualidad. ¡Una mujer de 70 años sintiendo deseo y reclamando placer! La opresión y desigualdad hacia las mujeres también es muy patente en las viejas o mayores. Pensiones mucho más bajas, por la trayectoria laboral de hacerse cargo del cuidado, o por viudedad. Sigue siendo necesario el activismo social y político a todas las edades.
¿La sexualización del cuerpo de la mujer le empodera o la esclaviza? Lo digo porque hay artistas que reivindican con su forma de vestir o expresar...
Creo que en general todo lo que reduzca a una persona en este caso a una mujer a un cuerpo u objeto hipersexualizado y a nada más pues realmente no me parece que empodere en absoluto. Otra cosa es que hay mujeres que juegan sexualmente con su cuerpo, como forma de deseo para ellas mismas o para otras personas para poder ser deseadas de manera consensuada y estupendo si lo disfrutan y desean.
Estamos viendo casos notorios de mujeres mantenidas con dinero por hombres en el poder, antiguos ministros etcétera, ¿no es un modelo patriarcal deleznable?
Por supuesto, y lo que es fuerte es que lo utilicen antiguos y nuevos ministros que están a favor de la igualdad del feminismo. Eso aún duele más, así que por supuesto que es deleznable. Antes nos decían que nos casáramos con un hombre que nos mantenga mientras nosotras cuidamos de los hijos y de la casa, pero hoy ya hemos pasado a otro momento. Y esto, cuando lo vemos así, pues claro que nos parece realmente deleznable; insisto, sobre todo en quienes tienen digamos un mensaje ideológico diferente. A mí me sigue costando entender que hay hombres que disfruten viendo a una mujer subyugada a ellos por el hecho de que tienen dinero.
¿Qué opina sobre las denuncias por presuntas agresiones sexuales contra líderes de izquierda como Errejón y Monedero? ¿Hay mucha hipocresía en todas las capas políticas? Lo digo porque siempre ha sido una mujer de izquierdas
Hay mucha hipocresía en todas las capas políticas porque una cosa es que hayan salido algunos denunciados y otra cómo se juzgan estos casos. Yo lo que quiero recordar es que hay mujeres y especialmente en la izquierda que estamos o que están en el movimiento feminista que se atreven a denunciar y que se atreven a relatar estas cuestiones. Y que ya no hay tanto miedo y hemos decidido romper el silencio. Esto obliga a todos los partidos a posicionarse y a tener que tomar medidas con los que la mujer que vive cualquier agresión sexual pueda denunciar y no sentirse sola. Y con esto se ha demostrado que prácticamente ninguno lo tenía.
La crisis sanitaria de la pandemia nos mostró que los cuidados no remunerados eran vitales y estaban en manos de mujeres, cuidadoras en situación de precariedad, inmigrantes… ¿Hemos aprendido alguna lección?
Este tema yo creo que es uno de los grandes logros del feminismo. Desde la huelga del 2018, hemos conseguido que el tema de los cuidados esté presente en el debate político. A las mujeres se nos obliga a ejercer los cuidados, que además no son pagados ni reconocidos, por nuestra condición femenina. Eso se relaciona con que no se valore como trabajo, que estén mal pagados y que el 90% de las personas que trabajan en esto sean mujeres. Y yo creo que algo muy importante que hemos conseguido es que se entienda la importancia del cuidado en la vida de las personas en la vida colectiva de los pueblos y en la vida general de la humanidad sin cuidados de todo tipo no habrían sociedades, no había pueblos, no habría personas viviendo los cuidados son esenciales fundamentales para el mantenimiento de la vida y así deben de ser entendidos. Por lo tanto, hay que poner en la balanza y muy alto los cuidados en contra de quienes no quieren reconocerlos o que siguen insistiendo en que eso es cosa de mujeres.
¿Qué opina sobre la Ley del Solo Si es Si y la rebaja de penas a violadores?
Respuesta: Yo quiero aclarar que soy antipunitivista. Creo que las cárceles no solucionan la mayoría de los problemas ni reinsertan. Hay que intentar que las personas eh! se transformen y cambien de una manera que entiendan el daño que han hecho y lo que no tienen que seguir haciendo; y además aprendan a pedir perdón, y hacer una justicia realmente restaurativa para todo el mundo. Por lo tanto, yo no soy de las que piense que un violador porque esté 50 años la cárcel va a ser mejor que si está 10 porque hace falta un trabajo de reconstrucción personal y de que comprenda que es violar a una mujer y vea o pueda situarse en una situación de mayor empatía. Dicho ésto también considero que habrá algunos que no cambiarán nunca y, bueno, pues que igual estarán bien ahí... Pero sí que me molesta mucho que una ley -la conocida por el Solo el Sí es Sí- haya sido desvirtuada de esta manera ante un hecho que, además, se gestó con el consentimiento de todo el mundo. Es decir, se sabía que en la medida en que catalogas las penas decir que bajo el concepto de agresión sexual hay una catalogación diferente penal, desde la violación a que me toque en el culo, eso tiene una una razón de ser, y que en la medida en que se aplica una ley -pasó también con la Ley de Género del 2004- para cuando se ajusta implica este tipo de cuestiones; todo ello se sabía. Si no se supo atajar a mí me parece fatal pero que no supiera nadie hacerlo... ni en ese momento quiénes estaban en el Ministerio de Igualdad pero tampoco quienes estaban en la dirección de la Justicia o en otros ministerios... porque pasó por las manos de todo el mundo, fue consensuada y trabajada por todo el mundo, así que eso es lo que me molesta. En todo caso ésto ha sido utilizado para desvirtuar una ley que era necesaria y la consecuencia de todo el trabajo en las calles del feminismo con el Yo si te creo y el consentimiento en el centro. Además, se necesitaban medidas integrales y centros integrales de atención a la violencia sexual que hasta ese momento, hasta el 2022, no los hemos tenido. Y ésto es la diferencia hoy en día de que lo que se juzga, a veces hasta mal como el caso de Burlada, porque una parte de lo que ha sido juzgado se ha tenido que basar en el hecho de reconocer que está el consentimiento y, además, de ofrecer a esa víctima todos los recursos necesarios. Por cierto, quiero aprovechar para recordar lo terrible que es también, además de la escasa formación en género de la justicia, el hecho de que sea tan lenta es decir que no son los machista patriarcales que además es lenta y eso hace mucho daño a las víctimas y supervivientes.