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Aissa y Saioa están preparados para la vida

Saioa Velasco y Aissa Menzou, con pesadas mochilas vitales, agradecen el acompañamiento de Xilema en su proceso de emancipación

Aissa y Saioa están preparados para la vida

A Saioa y Aissa la vida no se lo ha puesto fácil. Su infancia y adolescencia han estado plagadas de adversidades. Han vivido momentos de extrema dureza y la soledad ha sido en muchas ocasiones su compañera de viaje. Pero gracias a su fortaleza y al sostén de los y las educadoras de Fundación Xilema, estos jóvenes han realizado un proceso de emancipación envidiable y encaran la veintena con ilusión, formación y mucha vida.

Saioa Velasco nació en Pamplona hace 22 años y los primeros diez los pasó con su familia biológica. Después comenzó su periplo. “Estuve 5 meses en un chalé de menores y cuando cumplí los 11 me acogió una familia. Estuve con ella hasta los 16, pero la relación se complicó y me tuve que ir”, relata. Esta joven entró en el programa de Xilema y, pese a no ser mayor de edad, accedió a un piso de autonomía. “Hicieron una excepción”, apunta. “Empecé a vivir con gente que se estaba independizando y me tocó aprender. En es episo pasaron cosas que supusieron un antes y un después en mi vida. Me ayudó a valerme por mí misma, a ser autónoma. Cuando entré no sabía ni poner una lavadora”, reconoce Saioa. 

“Cuando llegué al piso no sabía qué iba a ser de mí, pero aprendí mucho y tuve muchísimo apoyo”

Saioa Velasco . Participó en el programa de Xilema

Antes de cumplir los 18 años “me tuve que ir” y apareció su madre biológica. “Me fui con ella a una habitación que tenía alquilada y cuando estuve más estable seguí con el programa de Xilema hasta los 21 años, pero ya en pisos en medio abierto. Me alquilaba habitaciones y cada quince días quedaba con la educadora, me preguntaba como estaba, si necesitaba algo... Me he sentido muy respaldada”, asegura.

Esta joven, que cursó un ciclo de FP básica de Comercio y recientemente ha aprobado el curso de acceso a grado superior para estudiar Educación Social, lleva dos años trabajando de dependienta. “Cuando llegué al piso no sabía qué iba a ser de mí, fue duro, pero agradezco lo vivido ya que me ha hecho ser la persona que soy. He aprendido mucho, he tenido el apoyo de educadoras, familia y de mucha gente que ha estado ahí. Sobre todo mi familia de acogida, que ahora son mis padres (me adoptaron el año pasado). Son mi mayor apoyo, los amo con todo mi corazón”.

De Marruecos a Pamplona

La historia de Aissa Menzou Ourhou, de 21 años, comienza en Marruecos, país que abandonó con 15 años “para buscarme la vida”. Llegó a Barbate de donde cogió un taxi hasta Barcelona. De ahí a Bilbao, donde viven dos de sus diez hermanos, y finalmente llegó a Pamplona. “Estuve dos semanas en el COI de Aranguren, una en el COI de Argaray y de ahí fui a un piso de alojamiento residencial de Xilema”, recuerda. Al cumplir los 18, este joven iba a acceder al piso de autonomía, pero no había plaza así que se alquiló una habitación en un piso en medio abierto. “Al principio fue difícil porque venía del piso de acogida de Xilema donde los educadores te apoyan mucho. Te ayudan a gestionar tu vida. Te ponen tareas que debes cumplir como hacer la comida, la compra... Antes de cumplir los 18 te preparan para independizarte y ser responsable”, explica.

En el piso en medio abierto siguió en contacto con Idoia, su educadora. “Le podía llamar para pedir ayuda o consejo y ella me llamaba para ver cómo estaba. Cualquier cosa que necesitaba podía contar con ella”, asegura este joven, que añade que “gracias al padre de Idoia estuve trabajando en Revimpe. Les agradezco mucho lo que hicieron por mí”.

“A Idoia, mi educadora, le debo todo. Cualquier cosa que necesitaba sabía que podía contar con ella”

Aissa Menzou . Participó en el programa de Xilema

Aissa dejó el programa de Xilema a los 19 años. “Pedí ir a Marruecos 15 días en verano y me dejaron. En Navidad necesitaba volver, me dejaron 15 días, pero estuve más. No cumplí y perdí el derecho a la plaza”, reconoce este joven, que durante su estancia en Xilema estudió hasta 3º de ESO y luego un ciclo de FP Básica de Fabricación y Montaje. Aprobó y obtuvo el título de ESO. “Me encantó y después he hecho cursos”.

Desde el pasado verano, este joven vive y trabaja en Bilbao. “Quería estar cerca de mi familia. En Pamplona tengo muchísimas amistades de Ibaialde, Olaz Txipi y SEI donde compartí actividades muy interesantes con otros chavales”, reconoce Aissa, que ha pedido la nacionalidad. “Yo me quedo aquí. Mis padres están felices por todo lo que he logrado”