A tan solo dos semanas del inicio de Euskaraldia, que se celebrará del 15 al 25 de mayo, cientos de localidades de Euskal Herria se preparan para acoger esta iniciativa en favor del uso del euskera. Con la fase de inscripción en marcha, los comités locales intensifican las visitas a entidades y la organización de actos, contagiando ilusión y "nerviosismo" positivo entre los y las participantes.

La chapa: símbolo y herramienta

En un acto celebrado este viernes en la plaza de la localidad vizcaina de Lekeitio, se ha dado inicio al reparto de las chapas identificativas, emblemas de la iniciativa que distinguen a quienes participarán como ahobizi o belarriprest. En la presentación han estado presentes representantes de los comités de Lekeitio y Mutriku, miembros de la coordinación general de Euskaraldia y personalidades destacadas de la sociedad vasca.

"Para que Euskaraldia sea un éxito, los comités locales son imprescindibles. Son quienes hacen posible que el mensaje llegue a la ciudadanía y que el propio ejercicio pueda realizarse en todo el territorio, pueblo a pueblo", ha subrayado Jon Kobeaga, miembro tanto de la coordinación general como del comité de Lekeitio. Además, Kobeaga ha querido remarcar que este año ha percibido a los comités especialmente "fuertes": "En la edición de hace dos años aún se notaba el efecto de la pandemia que vivimos anteriormente. Sin embargo, este año sabemos con certeza que ha participado más gente en los comités, porque así nos lo han transmitido desde numerosos pueblos".

Joseba Palenzuela, miembro del comité de Mutriku, ha destacado el movimiento que se genera en torno a Euskaraldia en su localidad: "Se está creando un movimiento muy bonito a nivel local. En la edición anterior éramos unas cinco personas y esta vez ya somos entre diez y doce, y lo vivimos con mucha ilusión".

Actitud activa

Desde la organización llaman a adoptar una actitud activa tanto ante Euskaraldia como frente al euskera en general, desde el mismo momento de la inscripción: participando en los comités, acudiendo a los actos organizados en los pueblos y, sobre todo, haciendo el esfuerzo de modificar ciertos hábitos lingüísticos.

Y es que el objetivo del ejercicio es usar más el euskera, y para ello se proponen algunos cambios concretos: empezar siempre la conversación en euskera, y continuar en euskera con quien lo entienda.