Un estudio del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente BIOMA de la Universidad de Navarra revela que la combinación de fosfato, metales y materia orgánica natural es crucial para una nutrición a largo plazo de las plantas en suelos ácidos, abriendo la puerta a fertilizantes más sostenibles y eficaces.
En un contexto global donde los recursos de fósforo son limitados y su extracción genera impactos ambientales, optimizar su aprovechamiento en suelos pobres es clave para garantizar una producción agrícola más eficiente y resiliente. Ante esta circunstancia, un grupo de investigadores del Instituto BIOMA ha identificado el papel esencial de los complejos formados por fosfato, metales y sustancias húmicas naturales en la nutrición de las plantas cultivadas en suelos ácidos.
El hallazgo, publicado en la revista Environmental Research, demuestra que estos complejos actúan como una reserva fundamental de fósforo a largo plazo para las plantas, en particular el trigo.
Suelos ácidos de ocho CCAA
La investigación, realizada con suelos ácidos de distintas provincias de Castilla y León, Galicia, Asturias, Andalucía, Catalunya, Extremadura, Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y Navarra, reveló que los métodos tradicionales de análisis del fósforo disponible no reflejan bien el crecimiento vegetal ni la absorción de fósforo por las plantas. En cambio, los complejos fosfato-metal-materia orgánica, extraídos mediante una técnica específica con ácido oxálico (pH 3), sí mostraron una relación directa con la producción de biomasa y la absorción sostenida de fósforo en el tiempo. “Estos resultados son muy interesantes ya que en suelos ácidos, donde el fósforo está muy poco disponible, hemos hallado que el fósforo unido al ácido húmico juega un papel muy importante”, asegura Javier Erro, autor principal del estudio.
Este descubrimiento representa una oportunidad para diseñar fertilizantes más eficientes, especialmente en zonas agrícolas con suelos ácidos como el norte del Estado y grandes áreas de Europa. “Si aplicamos ácido húmico en este tipo de suelos pobres en nutrientes, se podría incrementar sustancialmente su valor nutricional reduciendo la aplicación de fertilizante”, añade el doctor Javier Erro.
El avance tiene importantes implicaciones tanto para la agricultura sostenible como para la seguridad alimentaria, ya que permitiría una fertilización más racional, reducir el uso de fósforo mineral y mejorar el rendimiento de cultivos en suelos considerados poco fértiles, así como desarrollar nuevos fertilizantes basados en materia orgánica humificada, adaptándose a las necesidades reales de las plantas.