La comisión de personas expertas que trabaja en el reconocimiento de las víctimas de ataques contra la integridad física, la indemnidad y la libertad sexual en el ámbito de la Iglesia católica de Navarra, que se creó al amparo de la Ley Foral 24/2022, reconoció en 2024 un total de 16 víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Tal y como los miembros de la comisión han explicado en una comparecencia parlamentaria para exponer su trabajo durante 2024, el pasado año se iniciaron 27 expedientes, de los cuales 17 finalizaron con 16 reconocimientos y una solicitud desestimada, otros 10 se encuentran en proceso de valoración y 7 más están pendientes de iniciar el trámite.
La comisión ha recibido, desde el inicio de su actividad en octubre de 2022, un total de 77 solicitudes, 73 pertenecientes a víctimas y 4 a testigos. De las 61 solicitudes de víctimas, 44 han sido iniciadas para su valoración, 10 están en proceso, 1 fue abandonada por la persona solicitante y 6 están a la espera de iniciar los trámites de valoración. De las 44 iniciadas, 33 han finalizado con 31 personas reconocidas, un reconocimiento desestimado y otra persona que rechazó el mismo.
15 hombres victimarios y 1 mujer
De entre las personas víctimas reconocidas en 2024, 11 son hombres y 5 mujeres. De las 5 mujeres, 4 fueron víctimas por parte de victimarios de sexo masculino y una mujer por parte de victimaria femenina. Por su parte, los 11 hombres fueron víctimas de victimarios masculinos. Por tanto, entre los victimarios se encuentran 15 hombres y 1 mujer, y todas las víctimas refieren haber sido abusadas por parte de una única persona victimaria.
La media de edad de las personas evaluadas es de 65 años, con un intervalo entre los 45 y los 83 años, provenientes de familias numerosas, con una media de 4 hermanos y con un intervalo de entre 1 y 7 hermanos. 10 de las personas reconocidas están casadas, 3 divorciadas, 2 solteras y una viuda.
En cuanto al nivel académico, el 44% tiene estudios secundarios (7 víctimas), el 37% estudios universitarios (6 personas) y un 19% estudios primarios (3 víctimas). Asimismo, la mitad de ellas están jubiladas y la otra mitad, en activo.
Entre otras cuestiones analizadas, 11 de las víctimas refieren no haber acudido nunca a los servicios de salud mental, mientras que 5 sí han necesitado asistencia psicológica en algún momento de su vida. De estas últimas, 2 de ellas presentan trastornos de personalidad y 3, trastornos emocionales. En cuanto a consumos y adicciones, 3 han respondido afirmativamente y 13 han indicado que no han consumido nada.
El 44%, en la década de los 60
La edad media de inicio de los abusos sexuales es a los 9 años, aunque aparecen diferencias significativas, ya que hay víctimas en las que comenzaron con 5 años y otras con 16.
El 44% se circunscriben a la década de los 60 (7 casos), seguidos por las décadas de los 70 y 80 (3 casos respectivamente, un 19%), un 12% corresponden a la década de los 50 (2 casos) y 1 caso en los 40 (un 6%).
La mayoría, en entornos educativos y colegios
Del total de 16 víctimas reconocidas, 11 fueron abusadas en entornos educativos y colegios (un 69%), 3 en parroquias (un 19%), uno en el espacio del oratorio y otro en un domicilio familiar.
En cuanto a la relación con la persona victimaria, 9 de ellos ejercían la labor de profesor en distintos colegios, 3 eran párrocos, 2 desarrollaban labores de enfermería en centros educativos y otro era un religioso amigo de la familia que cometió los hechos en el domicilio familiar.
9 de los abusos, de carácter moderado
Por su parte, 9 de los 16 abusos sexuales son considerados de carácter moderado, que comprenden masturbaciones o tocamientos en órganos sexuales u otras partes del cuerpo con carácter sexualizante. Otros 6 casos son de carácter grave, que consisten en penetraciones bucales, anales o vaginales con órganos sexuales, dedos o cualquier otra parte del cuerpo, objetos, etc., y un abuso entra en la categoría de leve, que comprende los tocamientos por encima de la ropa, comentarios obscenos o proposiciones sexuales.
10 refieren que hubo testigos
Por otro lado, 9 de las víctimas aseguran que nunca comunicaron los hechos sufridos, mientras que 4 avisaron a algún familiar cercano y 3 al colegio respectivo. Asimismo, 10 de las víctimas refieren que sí hubo testigos, siendo estos, en su mayoría, compañeros y compañeras de clase, y 6 manifiestan que los abusos se produjeron en ámbitos de intimidad y sin testigos.
En cuanto a la afectación que hayan podido sufrir en el estilo de vida, 8 personas señalan que los abusos sexuales no han influido de manera decisiva en el desarrollo de su vida, mientras que la otra mitad responden afirmativamente a esta cuestión. De estas, 6 manifiestan que el impacto traumático ha sido determinante en el desarrollo de su vida sexual, y 2 indican que donde más lo han notado ha sido en el ámbito social e interpersonal.
Reparación del daño
En cuanto a las emociones de las víctimas, de entre las más comunes aparecen la rabia, el odio, la tristeza, el asco, el dolor, la impotencia, la humillación, la culpa, la frustración, la rebeldía, la incomprensión y la venganza, entre otras. A su vez, respecto a saber si las experiencias traumáticas han influido de alguna forma en su vida espiritual, religiosa o trascendente, 7 de las víctimas responden afirmativamente y 9 señalan que no.
Por lo que respecta a la reparación del daño, 7 de las víctimas solicitan el reconocimiento público y personal, así como la responsabilidad de los centros, congregaciones, órdenes o diócesis implicados. Además, 6 personas también refieren la petición pública de perdón, ya sea por acción u omisión, en la protección de los menores implicados. Por su parte, otras cuatro reivindican que el nombre de la persona victimaria se haga público, y 5 solicitan una indemnización económica.