El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó este miércoles su preocupación por "los informes sobre el arresto de niños durante las protestas" antigubernamentales que sacudieron Kenia el pasado lunes, que fueron duramente reprimidas por la Policía y causaron al menos 31 muertos. En un comunicado, la ONG envió "condolencias a las familias que perdieron a sus seres queridos" durante las manifestaciones del 'Día de Saba Saba' ('Siete Siete', en suajili).
"Extendemos especialmente nuestras más sinceras condolencias a la familia de una niña que murió trágicamente por una bala perdida mientras se encontraba sentada inocentemente en la intimidad de su hogar", señaló el organismo. La agencia de la ONU también se declaró "profundamente preocupada por los informes sobre el arresto de niños durante las protestas". "La detención -aseveró- debe ser el último recurso, como se establece en la Convención sobre los Derechos del Niño y la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño".
"Asistencia jurídica adecuada"
Unicef enfatizó que los menores detenidos deben tener "acceso inmediato a asistencia jurídica adecuada, contacto familiar y deben estar separados de los adultos durante el menor tiempo posible mientras estén bajo custodia". Los niños, agregó, deben estar protegidos "contra todo daño en todo momento y bajo cualquier circunstancia. Es su derecho fundamental". La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNHRC, por sus siglas en inglés) confirmó este martes un recuento de 31 muertos, 107 heridos y dos desapariciones forzadas e las protestas.
532 detenidos
Según este organismo regulador autónomo establecido por ley, al menos 532 fueron detenidas durante las movilizaciones convocadas este 7 de julio. El 'Día de Saba Saba' remite al 7 de julio (7/7) de 1990, cuando miles de activistas prodemocracia salieron a las calles para exigir el retorno de Kenia al multipartidismo durante la presidencia de Daniel Arap Moi (1978-2002). La convocatoria de este año tuvo lugar en medio de un creciente malestar social por la brutalidad policial presenciada en las últimas manifestaciones que han sacudido el país. Activistas y organizaciones de la sociedad civil han denunciado, además, la infiltración de individuos no identificados presuntamente contratados por las autoridades para provocar caos y violencia.