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Reconocen un 72% de discapacidad a una vecina de Dicastillo tras más de dos años esperando una valoración

Tras sufrir la amputación de una pierna, Maite García Carrión pidió en mayo de 2023 una valoración de discapacidad que se resolvió este pasado julio, 26 meses más tarde

Reconocen un 72% de discapacidad a una vecina de Dicastillo tras más de dos años esperando una valoraciónIñaki Porto

Le amputaron una pierna, no puede trabajar,apenas se vale por sí misma y tiene que hacerse cargo de su hermano con discapacidad intelectual. En esta situación, Puy García Carrión –a quien todo el mundo conoce como Maite– ha estado esperando más de dos años a que le concedan un grado de discapacidad que por fin le llegó este pasado mes de julio: ahora tiene una discapacidad reconocida del 72% y movilidad reducida.

El periplo de esta vecina de Dicastillo, de 65 años, empezó hace tres años, cuando los problemas vasculares que sufría le acabaron provocando un trombo en la pierna derecha que le fue incapacitando cada vez más hasta que le tuvieron que amputar la extremidad en marzo del año pasado. Para entonces, ya había solicitado la dependencia, la cual le denegaron, y, posteriormente, el 31 de mayo de 2023 pidió una valoración de discapacidad, la cual estuvo esperando casi dos años, hasta que se la realizaron el 14 de abril de este año.

Dos meses antes, en febrero, contamos su historia en un reportaje en en DIARIO DE NOTICIASen el que la protagonista denunciaba su dramática situación: no puede trabajar, apenas se vale por sí misma para las actividades diarias y vive con su hermano, que tiene reconocida una discapacidad intelectual del 73%. Ambos subsistían únicamente con los mil y pocos euros que él gana trabajando en la papelera de Allo y con una ayuda de 300 euros que Maite recibe por una subvención de orfandad. “Con lo que ganamos no nos da para llegar a final de mes”, manifestaba esta vecina de Dicastillo.

Pensión no contributiva

A ello se suma que, según relataba, ha estado “casi dos años a la desespera” de una valoración de discapacidad, un proceso que le ha hecho sentirse “abandonada por la Administración”. Tras más de dos años de espera, en julio le comunicaron que le concedían una discapacidad del 72%, por lo que ahora Maite podría acceder a una pensión no contributiva por invalidez, que aunque no vayan a solucionarle la vida, “al menos será más que los 300 euros que cobraba hasta ahora”, señala. “Lo único que pedía es que me reconociesen una discapacidad para poder tener una vida digna”, asegura.