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Las catas para proyectar la conexión entre Navarra y la 'Y vasca' por Ezkio-Itsaso comienzan este mes

Se harán siete perforaciones de entre 25 y 154 metros de profundidad en Bakaiku, Ataun, Idiazabal y Beasain / La previsión es que los trabajos se hayan completado en julio de 2026

Las catas para proyectar la conexión entre Navarra y la 'Y vasca' por Ezkio-Itsaso comienzan este mesIKER AZURMENDI

Las catas para explorar la conexión del TAV entre Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca por el corredor de Ezkio-Itsaso se realizarán en zonas de monte de Bakaiku, Ataun, Idiazabal y Beasain. Se llevarán a cabo en siete puntos y a diferentes profundidades que van desde un máximo de 154 metros a un mínimo de 25. Es decir, sondeos de emboquille y escasa profundidad (entre 25 y 35 metros); e intermedios, que van desde los 50 hasta más de 100 en tres puntos, pero la maquinaria empleada está preparada para alcanzar los 175 metros. 

El de mayor profundidad, en una zona montañosa de Ataun, entre el barrio de San Gregorio e Idiazabal, más o menos a mitad de camino entre ambos núcleos. Las muestras de material del subsuelo se irán tomando cada tres o cuatro metros de profundidad.

La adjudicación de estos trabajos de investigación geológica para elaborar el proyecto constructivo del corredor de Ezkio se concretó el 18 de septiembre, con la lectura de la oferta económica, y entonces se abrió un plazo de formalización del contrato que concluyó el pasado día 3 de octubre. Todo está listo ya.

La previsión es comenzar los trabajos este mismo mes y los va a ejecutar una empresa de ingeniería con sede en Madrid (Ineco), que fue la única que se presentó a la licitación (se publicó el 15 de julio). 

Un solo equipo para siete emplazamientos

Aunque está previsto que los trabajos se puedan completar en 60 jornadas laborables, el plazo de ejecución total es de nueve meses, ya que los sondeos del subsuelo serán realizados por un único equipo que irá desplazándose de un punto a otro, a medida que se vayan obteniendo los permisos de acceso para realizar las catas, lo que es posible que provoque tiempos de espera entre una actuación y otra. 

El único grupo de trabajo estará compuesto por ocho personas. Un coordinador al más alto nivel, dos técnicos cualificados (ingenieros con amplia experiencia), un encargado de obra y cuatro personas ejecutando los sondeos: dos sondistas y dos ayudantes de sondista. 

A este grupo hay que sumarle cuatro vigilantes de seguridad, ya que los trabajos contarán con seguridad privada las 24 horas del día y todos los días de la semana. El propio pliego de condiciones especifica que “debido a antecedentes de incidentes en la zona y al actual clima de tensión social en torno al desarrollo de los trabajos, se ha considerado necesario limitar la campaña geotécnica a un único equipo de prospección”, y “bajo vigilancia privada permanente, con el fin de garantizar la seguridad del personal y la integridad de los equipos”. 

El presupuesto total con IVA asciende a 330.867,33 euros, que asume el gestor público de infraestructuras ferroviarias del Estado, ADIF, sin ayuda de fondos europeos. El montante más importante corresponde a los propios sondeos o prospecciones geotécnicas: un total de 227.710,1299 euros (188.190,19 más IVA). 

Seguridad privada 24/7

A ello hay que sumarle 89.443 euros en seguridad privada 24/7 (73.920 + IVA). Y, por último, se destinarán otros 12.842,80 euros al pago de los ensayos de laboratorio, que será donde se determine la composición de las diferentes capas que componen el subsuelo y determinarán el grado de intervención para realizar el túnel que debe conectar el TAV entre Navarra y Gipuzkoa para llegar a la estación de Ezkio-Itsaso. 

Se obtendrán datos de índole geológica, geotécnica e hidrogeológica, realizando también pruebas de permeabilización, además de reconocimientos de campo, ensayos “in situ” y ensayos de laboratorio. 

Problemas geotécnicos más habituales

El objetivo es identificar y analizar los materiales (suelos y rocas) del subsuelo, “conocer sus parámetros resistentes y deformacionales, químicos y de compactación y detectar posible problemas de naturaleza geotécnica”. Los más habituales son “hinchamientos y colapsos del terreno, falta de capacidad portante, problemas hidrogeológicos, cálculo de cimentaciones y clasificación geomecánica para el diseño de túneles y desmontes”.

Y toda esa información se integrará en un documento que servirá de base y apoyo para su inclusión en la redacción del proyecto.

El contrato especifica que el adjudicatario tendrá la obligación de sellar el orificio realizado para la cata, restituir la situación original de caminos, carreteras, cercados, terrenos, aceras, mobiliario urbano, etcétera, así como encargarse de la limpieza de la zona afectada por la ejecución de las investigaciones.

A vueltas con Aralar

Todas las catas y sondeos proyectados en estos trabajos de investigación geológica se llevarán a cabo fuera del espacio protegido que se encuentra en el parque natural de Aralar, pero los puntos de cata seleccionados, siete, plantean una duda. Y es que si trazamos una línea recta entre ellos, se podría concluir que la alternativa que está contemplando Madrid para lanzar el corredor de Ezkio-Itsaso pasa por horadar parte del parque natural, concretamente la zona suroeste, en un saliente con forma de cuerno junto a Altsasu.

No es la opción que defendió en su día el Gobierno Vasco, ni la que quiere la Diputación de Gipuzkoa. De hecho, en 2018 Lakua planteó un amplio informe de alegaciones a la propuesta original de Madrid, y puso sobre la mesa un trazado alternativo que permite bordear Aralar y no tener que tocar el subsuelo del parque natural para nada. 

Esta opción consiste en continuar desde Pamplona por el tramo de la Sakana hacia Altsasu y, mediante una curva, girar hacia el norte esquivando este extremo del parque natural, por un pasillo de menos de dos kilómetros que queda entre ese saliente y la autovía A-1 que conduce al puerto de Otzaurte.

Parque natural de Aralar en el lado guipuzkoano.

Son dudas razonables las que plantea la selección de las catas encargadas por Madrid. Y más cuando en uno de los documentos que define los servicios a ejecutar por la empresa adjudicataria (Ineco), en su página 8, se traza una línea que efectivamente supondría horadar este extremo suroeste del parque. No tanto como contemplaba el trayecto inicial diseñado por Madrid, pero sí tocaría el subsuelo del mismo en un tramo de unos dos kilómetros o más.

Lo cierto es que las prospecciones se realizan para obtener información geológica que servirá para definir luego el proyecto constructivo, que está sin definir, por tanto. Pero los siete puntos de sondeo señalados rompen la lógica del corredor hacia Ezkio sin tocar Aralar. 

En primer lugar, porque ninguno de ellos se sitúa en la angosta zona de paso que queda entre la A-1 a su paso por Altsasu y Aralar; y segundo, porque uno de los puntos de cata de Bakaiku (Navarra) está muy próximo al extremo suroeste de Aralar; y el que está previsto a 1,6 kilómetros al sur del barrio de Ergoiena, en Ataun, se sitúa también en el mismo borde que delimita el parque en la parte guipuzcoana, justo en la zona más estrecha del saliente citado, lo que dibuja una conexión directa entre Bakaiku y Ataun por este pasadizo estrecho de Aralar.

El trazado por el que optan las instituciones vascas, sin embargo, debería entrar en Gipuzkoa sin tocar ni los parques de Aralar ni el de Aizkorri-Aratz, por el corredor que queda entre ambos.