El ejercicio aeróbico –salir a andar, a correr, ir a nadar...– se ha considerado siempre como la modalidad deportiva más beneficiosa. Sin embargo, la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen) revela que existen más de 90 estudios internacionales donde se demuestra que la práctica de ejercicios de fuerza reduce significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, entre otros beneficios.

Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra mañana, 29 de octubre, sanitarios de Navarra especializados en la atención a pacientes con esta patología se han reunido esta tarde, de la mano de Adacen, en el gimnasio al aire libre del parque Luis Ibero de Zizur Mayor, para promover el entrenamiento de fuerza que, según Roberto Muñoz, médico de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de Navarra (HUN), “se podría considerar uno de los mejores fármacos posibles”. Por un lado, “previene la diabetes, la hipertensión y mejora el sistema cardiovascular”. Por otro, “tiene grandes beneficios a nivel cognitivo y mejora el estado emocional de los pacientes que ya han sufrido un ictus, de los cuales el 30% desarrolla un trastorno depresivo”.

Por eso, los profesionales coinciden en que espacios de entrenamiento como el de Zizur “salvan vidas”. “Muchas personas no se atreven a ir a un gimnasio por vergüenza, por sentir que son demasiado mayores o por no poder costeárselo”, apunta Muñoz. “Sin embargo, gracias a estas instalaciones al aire libre, no hay lugar para las excusas”, señala.

Además, añade, “la musculatura se encarga de sostener el cuerpo, por lo que ejercitarla y desarrollarla es fundamental, sobre todo cuando nos hacemos mayores, porque perdemos masa muscular y densidad ósea”. En definitiva, resume, “al ejercitar el músculo, se segregan una serie de sustancias que producen efectos positivos a distintos niveles”. Se trata, en su opinión, “del fármaco perfecto, el que sirve para todo, sin efectos secundarios y, además, se produce de forma natural por nuestro cuerpo”.

No obstante, el facultativo recuerda que es importante que esta práctica “se realice de forma supervisada”. Gema Sánchez, fisioterapeuta de Adacen, recuerda que “el entrenamiento de fuerza se debe hacer de manera pautada, individualizada y progresiva, sobre todo en pacientes neurológicos. Hay que ajustar las cargas y conocer el historial clínico”.

Tal y como detalla Sánchez, “el trabajo de fuerza ayuda a la recuperación y rehabilitación de los pacientes”. Antes, explica, “se trabajaba mucho la marcha, la simetría o el equilibrio, pero ganar fuerza les permite avanzar mucho más rápido y ser mucho más autónomos e independientes”. En conclusión, el desarrollo de la musculatura tiene una repercusión funcional en los pacientes que mejora su calidad de vida. “Al final, lo que importa es que esa fuerza se traduzca, por ejemplo, en un atado de zapatillas más cómodo o una subida de escaleras más rápida”, concluye la sanitaria.

“Ganar fuerza acelera la recuperación y aumenta la autonomía de los pacientes”

Gema Sánchez - Fisioterapeuta de Adacen

El ictus en Navarra

Cada año se diagnostican en Navarra más de 1.000 nuevos casos de ictus, según datos del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea. Se trata de una de las principales causas de mortalidad y discapacidad adquirida en adultos. Aunque la incidencia ha descendido significativamente en los últimos años, situando a la Comunidad Foral entre las regiones europeas con tasas más bajas, el ictus sigue siendo una de las principales causas de discapacidad. En este contexto, aunque factores como la edad o la genética influyen, Muñoz recuerda que “entre el 80 y el 90% de los ictus se podrían prevenir con hábitos de vida saludables”.