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45 minutos desde la llamada al 112 hasta la trombectomía, así funciona el Código Ictus en Navarra

Profesionales del HUN detallan el proceso que se activa tras detectar los primeros síntomas de un ictus y llamar a emergencias

45 minutos desde la llamada al 112 hasta la trombectomía, así funciona el Código Ictus en NavarraIñaki Porto

Iñaki estaba en la Plaza del Castillo de Pamplona tomándose un pincho y una caña cuando notó cierta debilidad en la parte izquierda de su cuerpo que le hizo escurrirse de la silla al suelo. Quien le acompañaba enseguida lo tumbó y al ver que no movía las extremidades de la parte izquierda y que le costaba hablar dio aviso a una patrulla de Policía Municipal que pasaba por allí, quienes llamaron enseguida al 112 activando el Código Ictus.

Siete minutos después, la ambulancia está en la céntrica plaza pamplonesa: los sanitarios examinan rápidamente a Iñaki, de 55 años, que se encuentra consciente, y confirman la sospecha de ictus. Seis minutos después, el vehículo sale hacia el Hospital Universitario de Navarra (HUN) y a los 20 minutos de la llamada al 112, Iñaki se encuentra ya en el box de reanimación.

“Allí todo el mundo trabaja en paralelo: mientras una enfermera extrae sangre, otra le mide el azúcar, un médico le explora y otro habla con él... Es un momento de mucha tensión que tratamos de humanizar todo lo posible, pero cada minuto cuenta”, relató este miércoles Beatriz Zandio, neuróloga de la Unidad de Ictus del HUN, en unas jornadas organizadas en el hospital.

A los diez minutos, el paciente pasa a hacerse un TAC para discernir si el ictus es isquémico o hemorrágico. Al ver que es isquémico, se le inyecta una medicación por vía intravenosa para tratar de absorber el coágulo, pero como es muy grande el fármaco no es suficiente y entonces llega la trombectomía: “Se le hace una punción en la ingle y con un catéter se llega hasta la arteria cerebral obstruida y se arrastra el coágulo de manera mecánica hasta sacarlo. Es una técnica muy compleja pero el beneficio es muy alto”.

Iñaki es un paciente ficticio que formó parte de un simulacro realizado con el HUN para medir el tiempo que se tarda en atender un Código Ictus. El objetivo es que en menos de 45 minutos desde la llamada –tiempo cumplido en el caso de Iñaki– el paciente haya pasado por todo el proceso y haya sido sometido a la trombectomía.

“Una vez en la Unidad de Ictus se monitoriza al paciente para ver qué secuelas le han podido quedar y también se trata de llegar a la posible causa del ictus”, apuntó Zandio, que incidió en la importancia del Código Ictus porque “cuanto antes se atienda al paciente menos secuelas va a desarrollar”.

“El tiempo es cerebro”

La rápida atención de los profesionales sanitarios en esos 45 minutos es vital para mejorar el pronóstico de los pacientes, pero es igual de importante que esa llamada al 112 que activa el Código Ictus se produzca lo antes posible. “En estos casos el tiempo es cerebro, contra menos tiempo pase desde que la persona tiene los primeros síntomas hasta que se le atiende menos se va a dañar el cerebro”, apuntó Paula Porrón, enfermera de la Unidad de Ictus del HUN.

Por ello, prosiguió, resulta fundamental saber detectar los síntomas de un ictus que, por lo general, suelen producirse de forma repentina. “Los principales son las alteraciones del habla, dificultad para comprender, alteración del equilibrio, pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, visión borrosa... Y por lo general hay tres pruebas –denominadas Escala Cincinnati– que se pueden emplear para confirmar que una persona está sufriendo un ictus: la simetría facial, que la persona sonría y si no lo hace de forma simétrica es un síntoma; la alteración del habla, si al hablar tiene dificultades para articular las palabras; y la parte motora, pedirle que levante los dos brazos para ver si no puede hacerlo con alguno de ellos”, relató Porrón, que destacó que “ante la sospecha de un solo signo hay que llamar al 112 inmediatamente”.

La enfermera también subrayó que llevar un estilo de vida saludable es la mejor prevención para sufrir un ictus. “El 80-90% de los casos son prevenibles porque son consecuencia de factores de riesgo modificables como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, el alcohol, las apneas de sueño, etc.”, señaló Porrón.

En este sentido, expuso que el ejercicio físicoayuda muchísimo a prevenir enfermedades cardiovasculares”, al igual que llevar una dieta equilibrada y saludable y un buen control de enfermedades como la diabetes o las cardiopatías.