La denuncia presentada el pasado 25 de noviembre por el navarro Pablo Merino, de 44 años, ante el juzgado de guardia de Pamplona ha reabierto un caso de presuntos abusos sexuales que, según la documentación recopilada, habría permanecido 'silenciado' durante décadas en el seno del Opus Dei. Según avanzó El País, Merino acusa al sacerdote Jacinto Lázaro Laguardia, hoy de 74 años, de haber cometido agresiones sexuales cuando él tenía entre 13 y 15 años y estudiaba en el colegio Irabia de Pamplona, donde el cura ejercía como capellán.
Tras la publicación de la información, el Opus Dei difundió este jueves un comunicado en el que admite que tuvo conocimiento en 1998 de una denuncia contra el religioso en el centro educativo pamplonés. Según la organización, entonces se abrió un procedimiento interno “de acuerdo con las normas canónicas vigentes” y, a partir de enero de 1999, se prohibió al sacerdote realizar actividad ministerial con jóvenes. La familia, añade, pidió entonces mantener la reserva del caso.
La institución asegura que no tenía constancia de otras denuncias antiguas como las reveladas ahora por Merino y afirma que en el artículo de El País “se menciona información nueva” para ellos. Afirma que revisará cómo proceder con base en esos datos.
El comunicado también recuerda que en mayo de 2024, a raíz de otra información publicada en prensa, el Opus Dei conoció por primera vez la existencia de un posible abuso cometido por el mismo sacerdote en San Sebastián en los años 80. Tras una investigación realizada entre junio y noviembre, concluyeron que las acusaciones eran “verosímiles”, aunque —aseguran— no existía registro previo en la Prelatura de aquellos hechos. La persona denunciante, según la nota, ha optado por no presentar su testimonio para abrir un proceso canónico.
La entidad admite igualmente que Jacinto Lázaro está actualmente sancionado por un caso referido a una mujer adulta, ocurrido cuando el sacerdote ejercía en un colegio de Madrid. En este momento solo tiene permitido celebrar actos sacerdotales en su domicilio.
El Opus Dei niega cualquier intento de encubrimiento pese a las informaciones publicadas y recalca que ha informado “oportunamente” a los dicasterios de la Santa Sede de cada paso dado. La institución recuerda que cuenta con una oficina de protección de menores e invita a cualquier persona con información relevante a contactar con ella.