La fábrica de trabajo clandestina desmantelada por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria en la localidad navarra de Aldatz (Larraun) pasaba completamente desapercibida para los vecinos de la zona. Situada a unos 500 metros del núcleo urbano de Aldatz, el aspecto exterior de las instalaciones era el propio de una vaquería, pero en su interior se producían hasta un millón de cigarrillos al día, merced al trabajo de siete varones ucranianos que trabajaban en régimen de semiesclavitud, encerrados bajo candado y en unas condiciones infrahumanas.

En el interior de la nave, los cabecillas de la trama habían construido una nave secundaria, lo que conformaría una especie de cofre, que contenía todo el entramado correspondiente a la fábrica clandestina y que habían ocultado con paja para que desde el exterior simulara estar totalmente ocupado por este producto.

La zona de acceso al interior estaba oculta por una zona dedicada para carpintería y material agrícola, todo lo cual debía ser movido con maquinaria elevadora para dejar paso a una puerta corredera. De esta forma se trataba de evitar la detección del taller de fabricación en una posible inspección.

Los trabajadores se hospedaban y realizaban su actividad en la nave interior secundaria que se utilizaba como “alojamiento precario”. La nave había sido construida a modo de gran caja hermética, tenía todas las salidas secundarias bloqueadas y solo una salida habilitada, pero cerrada mediante un candado exterior.

De 10 a 12 horas de trabajo

Las condiciones de trabajo a las que estaban sometidos los siete varones ucranianos incluían jornadas laborales diarias de entre diez y doce horas de media, “y los trabajadores no salían de la nave en ningún momento del día”. Uno de los cabecillas era el encargado de hacer la compra que los propios trabajadores ucranianos solicitaban.

Además, “se vulneraban las normas de prevención en materia de riesgos laborales”; esto es, obstrucción del acceso al exterior, falta de ventilación, emanaciones de gases por combustión, cables a la vista con evidente riesgo de provocar un cortocircuito, y fundamentalmente la ausencia de vías de escape ante cualquier tipo de incendio o accidente, lo que “tenía muy alto riesgo de producirse por el tipo de actividad que se realizaba”. 

Estos siete trabajadores a los que se incluyó en las diligencias como participantes de la trama se encuentran en libertad a la espera de resolución judicial. Según se informó ayer en conferencia de prensa, después de quedar en libertad provisional la mayoría de ellos regresaron a su país de origen.

Distribución interna de la fábrica de tabaco desmantelada en Aldatz.

MAQUINARIA MODERNA 

La maquinaria utilizada para la fabricación de los cigarrillos era “relativamente moderna”, según explicó Roberto Pérez, delegado especial de la Agencia Tributaria en Navarra, quien indicó que este tipo de negocios clandestinos suelen recurrir a máquinas viejas que se retiran de la producción legal. La máquina hallada en Aldatz está valorada en unos 500.000 euros y procedía de China.

PASABA DESAPERCIBIDA 

La actividad fraudulenta de la fábrica de tabaco pasaba totalmente desapercibida para los vecinos y vecinas de Aldatz, ya que simulaba la de una granja. De hecho, en la nave adyacente se encuentra una explotación ganadera auténtica, con vacas, por lo que el trasiego de camiones no llamaba la atención.

En el interior de la nave se intervinieron los libros-registros de la actividad de la fábrica clandestina en los que se observa, por la producción de cajetillas, que tenía una alta actividad. En los meses previos a la actuación policial y hasta su culminación, se habrían producido un total de 14.421.000 cajetillas de tabaco, según la contabilidad intervenida. Se estima que la capacidad de producción de la fábrica sería de 3.175.000 cajetillas al mes, alrededor de un millón de cigarrillos al día.

LA OPERACIÓN BASERRIA, EN CIFRAS

16 detenidos

La operación policial desarrollada por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria se ha cerrado con 16 personas detenidas: 10 en Aldatz, 2 en Pamplona; 2 en Urnieta (Gipuzkoa) y 2 en países de la Unión Europea. Seis arrestados son españoles, siete ucranianos y tres búlgaros.

5 registros

En la operación se llevaron a cabo cinco registros en naves y otros edificios en las localidades navarras de Aldatz, Villava y Elortz, y en las guipuzcoanas de Aduna y Urnieta.

80 MILLONES DE BENEFICIO

Se estima que de la actividad ilícita de la elaboración y distribución del tabaco, el grupo criminal habría obtenido unos beneficios económicos de casi 80 millones de euros.

31 TONELADAS DE TABACO

En los registros llevados a cabos se intervinieron más de 4,5 millones de cajetillas de tabaco ya preparadas para su distribución en el mercado negro, además de 27 toneladas de hoja de tabaco y más de 3 toneladas de picadura.

UN MILLÓN DE CIGARROS AL DÍA

En los meses previos a la actuación policial y hasta su culminación, se habrían producido un total de 14.421.000 cajetillas de tabaco en la fábrica clandestina localizada en Aldatz, según la contabilidad intervenida. Se estima que la capacidad de producción de la fábrica sería de 3.175.000 cajetillas al mes, alrededor de un millón de cigarrillos al día.