La familia de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo está "indignada" con la hipótesis principal de la Policía Nacional de que se trata de una desaparición voluntaria y descarta un suicidio, ha afirmado este jueves el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills.

En declaraciones a EFE, Amills, que ejerce como portavoz de la familia, ha afirmado que las declaraciones del comisario jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de Gijón, Jesús Marcos Riaño, "rayan en lo esperpéntico".

El mando policial ha explicado hoy ante los medios que la principal línea de investigación es la desaparición voluntaria en el entorno de Cabo Peñas, en el concejo asturiano de Gozón, "y desgraciadamente encontrarla en el mar", pero sin descartar "ninguna otra posibilidad".

La madre y la tía de Sandra habían hablado con ella dos días antes de su desaparición y encontraron a la joven "muy animada porque recientemente nació un sobrino" y además, según sostiene Amills, tenía muchos planes de futuro tras llevar dos años residiendo y trabajando en Gijón.

A la familia tampoco les encaja que quisiera "desaparecer por su cuenta", sin contactar con ellos porque les une "una relación muy estrecha y no dejaría que estuvieran sufriendo", afirma el presidente de SOS Desaparecidos.

Amills ha precisado que la "queja" por las declaraciones del mando policial no le impide valorar positivamente el esfuerzo de los profesionales de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional.

La familia de Sandra confía en que la reanudación de las labores de búsqueda por la costa intermareal del Cabo Peñas y las batidas terrestres que comenzarán este próximo fin de semana puedan servir para aclarar qué pasó con Sandra, especialmente tras el hallazgo de una camisa blanca de "una marca superconocida" y un tallaje similar al utilizado por la joven que, según la Policía "puede ser de ella o no", ya que de momento no ha sido identificada como suya.

La prenda fue encontrada "a medio precipicio", a unos 200 metros de la zona donde inicialmente se buscó, y las labores de rastreo se centran ahora en esa vertical de los acantilados.