La paliza sufrida en el centro penitenciario de Pamplona por el supuesto autor de la agresión sexual a una niña de 8 años en Barañáin, cometida el pasado fin de semana por otros presos, ha motivado que otros dos reclusos que están en la cárcel de Santa Lucía por delitos sexuales hayan solicitado acogerse al régimen de protección por el miedo a sufrir represalias similares.

Este régimen es el mismo en el que se encuentra A.J.B.L., de 49 años y de nacionalidad española, después de que la Dirección del centro penitenciario pamplonés lo acordarse para salvaguardar su integridad física. Este hombre recibió una paliza durante la mañana del sábado en una sala común, a manos de cuatro reclusos, que le propinaron patadas y puñetazos mientras eran jaleados por otros internos.

Después de ser trasladado al Hospital Universitario de Navarra (HUN) y ser atendido de las lesiones, regresó a la prisión y fue encarcelado en el módulo de ingresos, en régimen de protección. Esta situación implica permanecer aislado del resto de los presos en una celda, de la que sólo puede salir dos horas al día, sin posibilidad de participar en las actividades del centro.

Tras la agresión a A.J.B.L, y por miedo a correr la misma suerte, otros dos presos que están en la cárcel de Pamplona por la comisión de delitos sexuales, solicitaron el mismo fin de semana a la Dirección del centro entrar en el citado régimen de protección, una medida que fue efectivamente acordada. Los ataques de “justicia carcelaria” son muy poco frecuentes, pero sí hubo algún caso en el pasado en Pamplona.