La noticia de la sentencia de la Audiencia de Navarra ha pillado a la azagresa Ana Delgado Villodas en Peñíscola, localidad en la que se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones junto a sus dos hermanos y sus respectivas parejas. “Estamos muy contentas. Cuando hemos conocido el fallo hemos llorado de alegría porque creemos que se ha hecho justicia”, ha asegurado Cristina, hermana de la víctima.

Esta familia reconoce que el camino “ha sido largo y complicado”. “Todo sucedió el 20 de febrero de 2021 y el juicio se celebró justo dos años después. Y ahora por fin se ha conocido la sentencia. Estamos contentas con los años. La Fiscalía pedía 14 años y medio y nosotras algo más, pero creemos que se ha hecho justicia con mi hermana”, ha afirmado Cristina Delgado para añadir que “hoy es un día para celebrar. Ya hemos comentado antes que tenemos que darnos un homenaje y hacer una comida o una cena para celebrar”.

En cuanto a la sentencia, Cristina se ha mostrado satisfecha por la indemnización decretada y también la orden de alejamiento a más de 500 metros durante 20 años. “Ya sabemos que a veces esto no lo cumplen pero confiamos en que en estos años en la cárcel tenga tiempo para reflexionar y no salga con ganas de acercarse a mi hermana”, ha señalado.

Sobre el estado de salud de Ana, su hermana reconoce que “está más o menos estable” si bien recuerda que la agresión “le ha dejado muchísimas secuelas”. Aún así, Cristina espera en que la demencia que le diagnosticaron a raíz de la bruta paliza vaya “lo más lenta posible”.

La víctima padece “gravísimas” secuelas cognitivas-conductuales

A consecuencia de la brutal agresión, Ana Delgado Villodas padece unas secuelas cognitivo-conductuales gravísimas. Entre otras, tal y como recoge la sentencia, esta vecina de Azagra ha perdido la autonomía personal para realizar algunas actividades esenciales del desarrollo de la vida ordinaria (supervisión para la ducha, necesidad de apoyos o sustitución para cocinar o realización de otras tareas domésticas, deterioro de la capacidad del uso del móvil, necesidad de apoyo de tercera persona para gestiones económicas o médicas), así como para la mayoría de las actividades específicas de desarrollo personal (deporte, actividades de ocio, cualquier tipo de trabajo, incapacidad para usar herramientas como el ordenador, o para la conducción). 

Durante el juicio, los médicos forenses que la examinaron afirmaron que la víctima sufre un gran “deterioro cognitivo y conductual”, está psicológicamente muy afectada con un comportamiento pueril y aniñado. Y es que, a consecuencia de los múltiples golpes que le propinó el acusado, la mujer “tenía una fractura que le recorría el cráneo y lo tenía en añicos”, detallaron los facultativos en el juicio.

La médico que realizó un informe sobre las lesiones y secuelas de la víctima calculó que fueron 629 días los que tardó en su estabilización lesional, todo el periodo que transcurre desde que se produce la lesión hasta que se agotan las posibilidades terapéuticas de mejora. Por las lesiones y secuelas la Fiscalía pidió 864.000 euros de indemnización y la acusación particular, 1.016.000 euros. Finalmente el juez ha decretado el pago de 1 millón.