La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado de conformidad a 8 años de prisión por un delito de agresión sexual a un hombre que tiene ahora 45 años, vecino de Pamplona y de origen portugués, que agredió a una trabajadora de la cafetería del Hospital Universitario de Navarra en uno de los baños del complejo.

La sentencia establece que el acusado, que se encuentra en prisión provisional desde que cometió los hechos, tendrá que hacer frente también a otros ocho años de medida de libertad vigiladamientras que se le prohíbe acercarse a cualquier lugar que pueda frecuentar la víctima y ponerse en contacto con ella durante un plazo de 15 años. Además, la Sala le impone también una pena de tres meses de cárcel por un delito de lesiones, debido al daño que le provocó a la víctima durante el ataque.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2022 y fueron ampliamente condenados en una concentración multitudinaria que se realizó en el exterior de los hospitales. Según relatan los hechos probados de la sentencia que aceptó el acusado, los hechos sucedieron cuando el acusado accedió al antiguo Hospital Virgen del Camino, permaneciendo en su interior cuando el puesto de información se cerró a las 22.00 horas y las puertas de acceso al público se cerraron a las 22.30 horas.

En algún momento de la tarde, el encausado accedió al interior del baño público que existe en el acceso y arrancó los cables de electricidad del plafón que iluminaba la zona del WC del baño de mujeres. El cerrojo de dicho aseo también estaba roto.

Un infierno que duró entre 12 y 15 minutos

De esta forma, sobre las 23.00 horas, la trabajadora, que acababa de terminar su jornada, accedió al aseo antes de irse a casa. En ese momento, el acusado, que se encontraba oculto en las instalaciones, le siguió mientras ella accedía al interior del inodoro. Debido a que el pestillo estaba estropeado, sujetaba la puerta con la mano, pero el acusado empujó fuertemente la misma hasta conseguir abrirla y empujando a la víctima. Así, el hombre procedió a efectuarle varios tocamientos. Acorralada en el lugar, la mujer le pidió que no le hiciera daño y que salieran al descansillo del baño. El hombre le amenazó y le exigió que satisfaciera sus deseos sexuales y la víctima trató de escapar trató de escapar abriendo la puerta de acceso al pasillo, lo que fue impedido por el procesado, que incluso le atrapó un dedo y provocó que empezara a sangrar. 

El acusado persistió mientras tanto en la agresión sexual y también agarró fuertemente del cuello a la víctima, que comenzó a gritar y eso provocó que el acusado se marchara finalmente. La agresión duró entre 12 y 15 minutos, durante los cuales la víctima pidió ayuda, sin ser escuchada, por cuanto que no había nadie en las instalaciones al hallarse las mismas cerradas al público. El acusado aprovechó esta circunstancia para cometer los hechos, asegurándose además que no había luz para llevar a cabo los hechos sin ser reconocido, puesto que también llevaba mascarillas. Tras cometer los hechos, sobre las 23.30 horas, fue localizado en la zona de los sótanos del hospital por varios trabajadores del centro sanitario, manifestándoles que se había perdido y consiguiendo que le indicaran la salida por la planta del centro sanitario maternal. La mujer presentó lesiones físicas, además de un trastorno de estrés postraumático y otro tipo de sintomatologías que requirieron que se sometiera a tratamiento.