Los grupos especializados de la Guardia Civil en robos agrícolas se encuentran investigando cuatro robos de importantes cantidades de aceitunas producidos en las últimas semanas en varios olivares de la Comunidad Foral. El precio absolutamente desorbitado del aceite de oliva, unido a que se trata de un año de gran producción y alta cosecha, ha destapado una realidad que ocurría en otras partes del Estado pero que hasta ahora en Navarra no había llegado a darse salvo de manera esporádica.

El número de sustracciones realizadas no es importante, pero ya se observa el paso por la Comunidad Foral de grupos itinerantes que dominan esta práctica, actúan por la noche y se llevan notables cantidades de aceituna de los árboles cuando están a punto de ser recogidos y se encuentran en el punto de maduración idóneo.

El capitán de la compañía de Tudela de la Guardia Civil, Fernando Ramón Carrillo Oliver, precisa que los robos hasta el momento denunciados se han localizado en Corella, Tulebras y la zona de Lodosa y en las cuatro actuaciones, con robos de entre 300 a 750 kilos, se suman más de dos toneladas de aceitunas que no podrán ser aprovechadas por sus propietarios.

Los investigadores constatan que a este tipo de ladrones, que actúan por lo general viajando en furgonetas y en grupo de varias personas -tanto para recoger más ágilmente el fruto como para disuadir a quien pudiera interceptarles-, “son gente organizada, que es itinerante y a la que le interesa la rapidez y no la calidad. Nos hemos encontrado con 20 árboles a medio recolectar, que es lo que les da tiempo a hacer durante la madrugada, pero no se están a apurarlos. Lo que hacen es varear los árboles y poner mantas en el suelo para recogerlas, la manera tradicional de recolectarlas también con el cepillo como ayuda para barrer las que caigan al suelo. Así llenan la furgoneta. Lo que está claro es que los ladrones no actuarían si no hubiera una almazara o un productor de aceite que finalmente comprara ese producto. Por ello, a día de hoy, podemos decir que en Navarra no ha tenido salida esa mercancía porque estamos vigilantes e inspeccionamos las zonas, pero es posible que en otra comunidad hayan podido vender la aceituna que han robado”, explica el responsable del Instituto Armado. La Guardia Civil está alerta por tanto de inspeccionar, y más en esta época, los trujales y almazaras para comprobar la procedencia legal del producto con el que trabajan.

Por lo general, este tipo de bandas no se despliega en grandes olivares, donde además pueden hasta contar con métodos de vigilancia que les dificultarían áun más su afán delictivo. Se dedican a sustracciones de cosechas que sean accesibles, en lugares no especialmente poblados, y a pie de camino o de carreteras para poder alcanzar los olivos de forma rápida y también emprender la huida en caso de sentirse observado. Por ello, la Guardia Civil apremia a la colaboración ciudadana para que pueda ofrecer cualquier pista en caso de que observe alguna conducta que, sobre todo, por la noche llame la atención.