La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Estella - Lizarra ha enviado a prisión provisional sin fianza a Gorka N.P.P., vecino de Muneta (Valle de Allín) de 46 años, como autor del acuchillamiento a un joven estellés en la madrugada del domingo mientras se celebraban las fiestas de la pequeña localidad de Tierra Estella.
La jueza ha atendido el requerimiento de la Fiscalía y de la acusación particular. Está acusado de un delito de tentativa de homicidio, además de un delito de tenencia de armas prohibidas, puesto que en su domicilio le fueron encontradas varias armas de fuego sin que tuviera licencia para ello y constandole además una prohibición expresa para su uso, además de delitos de amenazas y delito leve de maltrato. El herido sigue en la UCI del Hospital Universitario de Navarra con una herida por arma blanca en el tórax de la que fue operado de urgencia y que le provocó riesgo vital, dice el auto judicial. El joven estellés, de 22 años, presenta una evolución favorable dentro de la gravedad.
En la resolución judicial la jueza expone que "existen indicios bastantes de su responsabilidad". Dice que el acusado estaba en la plaza principal de Muneta junto a un amigo. Comenzaron a hablar con la víctima y los amigos de este y el procesado, en un momento dado, propinó un puñetazo a un amigo del herido y a este le dio luego una torta.
A partir de entonces comenzó una pelea entre ambos, que se trasladó detrás de la carpa instalada con motivo de las fiestas. "Ahí fue cuando el procesado sacó una navaja y se la clavó en el pecho a la víctima, con intención de acabar con su vida". Cuando salen ambos de la carpa, declaró un testigo, amigo de la víctima, vio al encausado plegar y guardar una navaja; declarando el resto de testigos que en ese momento ven a la víctima con una mancha grande de sangre en el pecho, por lo que le trasladan al Hospital García Orcoyen de Estella.
Varios disparos al aire tras regresar a por la víctima
Acto seguido, prosigue el auto, existen indicios de que Gorka N. P.P., acude a su domicilio en Muneta, en el que tenía diversas armas, y elige entre todas ellas una adecuada para volver a acometer contra la víctima, cogiendo una carabina de aire comprimido, volviendo al lugar. Así, le buscó con intención de dispararle y, apuntando con el arma a otras personas que estaban en ese lugar, concretamente a cuatro jóvenes, uno de ellos menor de edad. De hecho, llegó a efectuar varios disparos al aire, hasta que su amigo consiguió que parara y optó por llevarle al hospital.
En el traslado al centro hospitalario, el acusado le indicó a su amigo que "había dejado la casa de su madre llena de sangre", y que le ha “pinchado” a la víctima, para luego decir que era una broma". También relató este testigo, amigo del acusado y quien le llevó en el coche, que si bien no vio la navaja, es conocedor de que el investigado "suele portar siempre una con él".
En el registro del domicilio se comprobó que existen indicios de haberse cometido los hechos reseñados por este investigado, dado que se hallaron en éste armas compatibles tanto con la utilizada para lesionar a la víctima; así como carabinas como la que exhibió. Concretamente, en la planta baja de la vivienda, consta que se encontró por los agentes una navaja con el filo plegado en una mesa, con restos de sangre, a lo que habrá que estar al resultado del informe de Policía Científica y comparativas de ADN a efectos de dilucidar si puede vincularse definitivamente con los hechos objeto de esta instrucción, pero a priori compatible con las lesiones. Es la navaja que el procesado lleva habitualmente consigo. También se hallaron en un cubo un machete de grandes dimensiones y la carabina presuntamente empleada. En la habitación del detenido, se encontraron por un lado una pistola en el suelo, que, a simple vista por los agentes instructores del atestado se apreció que estaba manipulada y con tres proyectiles por el suelo. Consta también en el atestado que el arma presentaba lo que parecían restos de sangre. El acusado no dispone de licencia de armas.
Hasta 43 armas blancas
Por otro lado, se encontraron en su habitación hasta 43 armas blancas, de las cuales 6 son armas prohibidas; una defensa eléctrica también prohibida. Así como 5 cabinas y 4 pistolas de aire comprimido, si bien de esas 3 de las carabinas y 2 pistolas no están registradas a su nombre. Consta también en el registro de armas a su nombre, registrada una carabina que no se halló por los agentes en el registro. Todas estas fueron halladas como ya se ha indicado en la habitación perteneciente al detenido, por lo que existen indicios suficientes en estos momentos para afirmar que son de su propiedad.
El investigado no ha querido declarar en el juzgado para explicar los hechos. El auto reconoce que se desconoce cuál es su situación familiar, económica y laboral, por lo que, "teniendo en cuenta las graves penas a las que puede enfrentarse en el caso en que fuese condenado por los delitos investigados; valorando también los antecedentes penales que constan en su
historial, se extrae la existencia de un riesgo objetivo de fuga".
Del relato de hechos indiciariamente probados, se extrae también una existencia de riesgo de que el investigado cometa otros hechos delictivos, como ya se ha reseñado, dado que son varios los delitos investigados en esta causa, cometidos en una franja corta de tiempo; valorando también que "existen indicios no sólo de que clavó el arma blanca a la víctima con intención de acabar con su vida, atendiendo también al lugar de la lesión, sino de que luego volvió a su domicilio y eligió de entre todas las armas de que disponía en este para volver a acometer contra la víctima y terminar la actuación. Es relevante también la agresividad que se extrae de la valoración de hechos, ya que relatan los testigos cómo al no encontrar a la víctima en el lugar, comenzó a apuntar a otras personas no involucradas en el conflicto con la carabina y comenzó a disparar al aire. Todo ello, unido a los antecedentes penales vigentes y, en particular, al existente por delito de la misma naturaleza (delito de homicidio); y a la infinidad de armas que tenía en su domicilio y que, pese a que han sido incautadas, puede volver a conseguir".
Por todo ello, la jueza impone la medida cautelar de prisión provisional y en el caso de que en algún momento de la instrucción sea puesto en libertad, dicta una prohibición de aproximarse a 500 metros de la víctima y de comunicarse con ella.