El autor del crimen ocurrido este miércoles en el barrio pamplonés de la Rochapea, Yahya Mazouri, de 27 años y de origen marroquí, actuó con "absoluta frialdad" tras acuchillar a Kayle Villar Pons, de 20 años, según han explicado testigos que residen en la bajera de los hechos.
El joven permaneció en el local y él mismo abrió la puerta a los agentes de la Policía Municipal simulando que nada había ocurrido. Incluso llegó a amenazar a algunos de los inquilinos. "Aquí no ha pasado nada y si dices algo, te hago lo mismo", le comentó a una de estas personas que salieron de sus habitaciones al escuchar los gritos que profirió la víctima del acuchillamiento.
Gritos de la víctima
Estas personas, que se alojan en dependencias distribuidas con pladur en dos pisos, han explicado que sobre las 1.15 horas habían oído "unos golpes, como si estuvieran pegando en una puerta. Y después escuché gritar a Kaile diciendo 'qué pasa, qué pasa'. Me he levantado de la cama y cuando he salido de mi habitación, ha subido Yahya. Me ha dicho que no había pasado nada y que si contaba algo, me iba a hacer lo mismo que a Kayle", ha relatado una de las inquilinas, aún con el miedo en el cuerpo.
Esta persona ha explicado que instantes después, "han llamado a la puerta de la bajera y Yahya ha ido a abrir. Cuando ha visto que eran policías, ha dicho que no pasaba nada y en cuanto he podido, he salido de la bajera y les he dicho que había acuchillado a Kayle", ha indicado esta testigo, que ha asegurado que "tenía mucho miedo, porque Yahya tenía amenazadas a varias personas, es muy problemático".
Los inquilinos de la bajera han coincidido al afirmar que la joven asesinada era" una persona muy discreta, casi ni se le veía. Salía para ir al baño o a la cocina, pero normalmente estaba en su habitación jugando a videojuegos". Todos han señalado que esperan que el autor del crimen "lo pague y no salga nunca de la cárcel".