Carlos Echeverría era un agricultor de Arróniz de 52 años, se había quedado viudo poco después de la pandemia y tenía dos hijas. Tenía además otros dos hermanos varones y una hermana. Entre sus aficiones más destacadas, se trataba de un gran aficionado al mundo taurino, y de joven era un gran recortador y participó de hecho en numerosos concursos de recortes de vacas y de colocación de anillas, ámbito en el que se le conocía con el apodo de Chaparro.
De aquellos tiempos le recuerdan en el mundillo taurino como "extrovertido y muy valiente”. También era un hombre aficionado a la práctica de la caza. En los terrenos que poseía tenía varias vacas, tanto de carne como algún ejemplar bravo, y todo hace indicar que ayer, cuando sufrió el accidente, volvía de dar de comer a los animales y de realizar varios trabajos en la parcela.
Trabajaba igualmente con una vendimiadora y haciendo pacas de paja para ganaderos de Arróniz y a lo largo de su vida había tenido diversos oficios, entre ellos en la obra y en empresas, según apuntan varios conocidos. Su fallecimiento causó consternación en la localidad, donde había discurrido toda su vida y en donde reside su familia. Su estado de salud había empeorado en los últimos años.