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Explosión de gas en Noáin: entre la "desgracia" y el "milagro"

Ahora la incertidumbre está en cuándo podrán los vecinos y vecinas volver a esas 120 casas que están desalojadas por seguridad

Fotos de los daños tras la explosión en una vivienda de Noáin (Navarra)Oskar Montero

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La "desgracia" de perder la casa por una explosión de gas que ha provocado nueve heridos y el "milagro" de no tener que lamentar mayores daños personales son las dos palabras con las que los vecinos de Noáin resumen lo ocurrido este lunes en la calle Concejo de Zabalegui.

El hecho de que una primera explosión, sobre las 15:35 horas, mantuviera a los vecinos fuera de sus casas evitó que, horas después, a las 18:00 horas, cuando se produjo la segunda, la desgracia fuera mayor. Aun así, todos se preguntan quién pensó que era buena idea entrar a por sus pertenencias, cuando la situación no estaba realmente controlada.

Las autoridades no han querido hablar del tema, más allá de señalar que está abierta una investigación tanto para determinar qué provocó la explosión como para conocer quién dio el permiso para que los vecinos entraran en las casas.

LAS CONSECUENCIAS

Los restos de la casa que explotó llegan hasta el otro lado de los pinos que separan la calle de la autovía. Son precisamente esos árboles los que han hecho de muro para contener cristales, ladrillos o trozos de persianas de las ventanas que daban a la calle Concejo de Zabalegui.

En esa calle, los coches que estaban al lado del edificio han quedado completamente aplastados y, aún este martes se podían ver pertenencias de las familias que vivían en esas casas.

Hacia el otro lado de la vivienda se encontraban los patios de los bajos y otro edificio idéntico, por encima del cual también saltaron ladrillos y cristales. De hecho, todavía se pueden ver encima de su tejado. La estructura del edificio dañado que continúa en pie está quemada y los Bomberos, Guardia Civil y Policía Foral continúan trabajando en ella.

Según cuentan los vecinos de las casas que fueron desalojadas en un primer momento, las más cercanas al lugar de la explosión, los cuerpos policiales les avisaron de que pasarían la noche fuera por seguridad y por la imposibilidad de poner la calefacción esa noche.

DESALOJOS

En el momento en el que se disponían a recoger ropa o enseres necesarios para pasar la noche fuera fue cuando se produjo la explosión. Este martes, la policía mantiene perimetrada la zona sin permitir a los vecinos pasar a sus casas.

Un total de 250 personas han sido realojadas en viviendas de familiares y amigos y en dos hoteles. A primera hora han podido pasar, pero después se ha prohibido el paso y la calle se mantiene acordonada. Incluso para sacar los coches de la calle, son los agentes de la Policía Foral los que dan permiso.

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Estado en el que ha quedado el inmueble de la explosión en Noáin

En Noáin, los vecinos no paran de comentar lo ocurrido, dónde estaban cuando pasó y la potencia de la explosión, que se escuchó desde todo el pueblo. Ahora la incertidumbre está en cuándo podrán los vecinos y vecinas volver a esas 120 casas que están desalojadas por seguridad, mientras los expertos tratan de averiguar los riesgos de devolver el gas y la electricidad a la zona.

En una jornada en la que se han registrado temperaturas bajo cero el instituto que se sitúa al lado de la urbanización no cuenta con calefacción ya que se ha cortado desde lejos del lugar. El polideportivo y la piscina sí funcionan con normalidad.

En cuanto a las nueve personas heridas en la explosión, seis de las siete hospitalizadas continúan ingresadas, dos de ellas en estado grave en la UCI, y una ha recibido el alta. Las otras dos personas fueron atendidas en el centro de salud de Noáin.