Un hombre, vecino de Pamplona y de origen colombiano, Edwin Alexander A.G., de 38 años, ha sido condenado este martes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra a 3,5 años de prisión después de clavar un destornillador en el cuello a otro hombre a las puertas de una discoteca de Pamplona, situada en el barrio de Abejeras.

El acusado, que estuvo algo más de un mes en prisión provisional, ha aceptado de conformidad los hechos, calificados como un delito de lesiones con deformidad causadas con instrumento peligroso, después de que se le reconociera una atenuante por haber actuado bajo la influencia del alcohol y la marihuana. A su vez se le ha condenado a 31.828 euros por las lesiones y secuelas que presenta la víctima, además de que tendrá que cumplir una orden de alejamiento y de prohibición de comunicación durante cuatro años respecto al mismo. La defensa ha solicitado que no vuelva a prisión y se le suspenda la pena para someterse a tratamiento, pero la Fiscalía ha solicitado su expulsión en caso de que no demuestre el arraigo social y familiar que dice tener y y que no se le conceda el beneficio de la suspensión si no es capaz de acreditar que está ya sometido a un tratamiento médico o de que le valore el médico forense.

El encausado se ha comprometido a efectuar pagos mensuales de 150 euros para cumplir con la responsabilidad civil y a que se le embargue una cantidad que tiene reconocida como víctima en otro procedimiento penal para que salde este delito.

Los hechos ocurrieron el 2 de abril de 2023

Los hechos ocurrieron sobre las 4.15 horas del día 2 de abril de 2023 cuando el procesado se encontraba en la confluencia entre las calles Abejeras y Río Salado, a las puertas de una discoteca, donde inició una discusión con la víctima. En el curso de la mismo el acusado le propinó varios golpes y le clavó en el cuello un destornillador o un objeto dotado de filo tipo punzón, causándole una herida incisa en zona antero-lateral izquierda de cuello, de 5-6 cm de longitud y 1 cm de profundidad en la zona central, así como una fractura de base de quinto metacarpiano de mano derecha.

El herido tardó 38 días en sanar de estas lesiones, tras la aplicación de un tratamiento médico con puntos de sutura, y restándole como secuela una cicatriz, hipertrófica e hipercrómica, con marcas residuales de puntos de sutura, de 6 cm de longitud total, en región antero-lateral izquierda de cuello, que resulta muy visible y deteriora gravemente la fisonomía de la víctima.