La plataforma Navarra Segunda Oportunidad, que lidera el bufete Iribarren Abogados en Pamplona y Tudela, ha obtenido recientemente dos resoluciones a favor que han permitido entre ambos casos que se cancelen más de cinco millones de euros de deudas que tenían acumuladas un par de clientes, que han quedado así liberados para poder reemprender una actividad.
Una empresaria vecina de Esquíroz
El Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Pamplona ha concedido recientemente la exoneración definitiva del Pasivo insatisfecho a una vecina de Esquíroz, liberándola de un endeudamiento que superaba los 922.000 euros. La situación de sobreendeudamiento de la beneficiaria tiene su origen en los años con graves problemas económicos por la crisis financiera de 2008-2009. La reclamante era propietaria de una empresa. La falta de liquidez derivada del cierre del crédito bancario en aquellos años impidió afrontar pagos a proveedores y préstamos, lo que le repercutió de manera negativa, pues le llegaron a reclamar, en calidad de avalista, todas las cuotas impagadas que tenía la empresa. De esta manera tuvo que llevar a la sociedad a un concurso de acreedores.
Las deudas estaban avaladas personalmente por la empresaria, lo que desencadenó un concurso de acreedores en el que se liquidaron tanto los bienes de la sociedad como los de carácter personal. Como consecuencia, perdió su vivienda habitual en una subasta judicial, debiendo abandonar el que hasta entonces había sido su hogar.
Años después, pese a sus esfuerzos por rehacer su vida profesional como autónoma, sus ingresos apenas alcanzaban para cubrir los gastos más básicos, por lo que se vio obligada incluso a dejar su vivienda y marcharse a vivir a casa su madre. Ante esta situación tan difícil, decidió acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad para poder salir adelante y depositó su confianza en el equipo de Navarra Segunda Oportunidad del Bufete Iribarren Abogados, que asumió su defensa y tramitó el procedimiento.
El juez ha estimado en este caso que concurrían todos los requisitos de la normativa para considerar a la solicitante como deudora de buena fe. En su resolución, subraya que el origen de la insolvencia se encuentra en la frustración de un proyecto empresarial afectado por la crisis y no en un endeudamiento temerario. La resolución conseguida, supone la cancelación total de sus deudas, permitiéndole empezar una nueva etapa sin el peso de la carga financiera.
Un caso de más de 4 millones de euros
La segunda resolución conseguida es del Juzgado de lo Mercantil número 15 de Madrid, que ha reconocido la exoneración a una vecina de la capital, cancelando un pasivo que superaba los 4,4 millones de euros, principalmente con entidades financieras. La insolvencia de la afectada se remonta al año 2005, cuando, junto con sus socios, adquirió un solar financiado mediante préstamo hipotecario. Tras ser subastado el terreno por un importe muy inferior a su valor, el banco reclamó a todos los titulares, el resto de la deuda pendiente. A raíz de ello, se vio obligada a cerrar la sociedad, dedicada al sector de la construcción, acumulando además deudas con la Agencia Tributaria y otros organismos. Actualmente, aunque trabaja por cuenta ajena, sus ingresos resultaban insuficientes para atender las deudas y mantener un nivel de vida digno. Por ello, decidió acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad y el bufete Iribarren defendió su caso.
Dos historias diferentes, en Navarra y en Madrid, pero con un mismo desenlace: la Ley de Segunda Oportunidad se consolida como un mecanismo real y efectivo para dar a las personas una segunda vida financiera, devolviendo la tranquilidad y la posibilidad de empezar de cero.
Cabe destacar que las abogadas Maria Gracia Iribarren Ribas y Mónica Calle Herrero, de Navarra Segunda Oportunidad del Bufete Iribarren Abogados, han conseguido en los últimos meses que distintos juzgados en España concedan la exoneración de más de 12 millones de euros en deudas a particulares y familias atrapadas en situaciones de insolvencia. Este dato refleja la consolidación de la Ley de Segunda Oportunidad como herramienta real y efectiva, capaz de ofrecer un nuevo comienzo a quienes, por circunstancias ajenas a su voluntad, se vieron abocados al fracaso económico