Síguenos en redes sociales:

ESPECIAL COMUNIDADES DE VECINOS

Adiós a los gastos: así se consigue el ahorro energético en las comunidades de vecinos

Existen numerosas opciones para que el consumo energético en el edificio sea menor

Adiós a los gastos: así se consigue el ahorro energético en las comunidades de vecinos

La creciente preocupación por el cambio climático y el alza de los precios de la energía ha dado lugar a que el ahorro energético se haya convertido en una prioridad para las comunidades de vecinos. Los edificios residenciales son grandes consumidores de electricidad y calefacción, lo que representa un importante gasto para los propietarios y arrendatarios. Sin embargo, con una gestión eficiente y la adopción de medidas específicas, es posible reducir el consumo energético, disminuir el impacto ambiental y, sobre todo, aligerar la factura mensual de la comunidad.

Principales gastos energéticos

Uno de los mayores consumos de energía en una comunidad de propietarios proviene de la iluminación de zonas comunes. Pasillos, escaleras, garajes y jardines requieren un sistema de iluminación que, si no se gestiona adecuadamente, puede representar un gasto significativo. La sustitución de bombillas incandescentes por tecnología LED supone una de las formas más eficaces de reducir este coste, ya que estas luminarias consumen hasta un 80 % menos de energía y tienen una vida útil mucho más larga.

Otro factor clave en el consumo energético es la climatización de espacios comunes. En muchas comunidades, la calefacción central es uno de los mayores gastos, especialmente en invierno. La instalación de sistemas de regulación térmica y contadores individuales permite optimizar el uso de la calefacción, evitando el derroche de energía en viviendas desocupadas o en momentos del día donde no es necesaria.

Los ascensores también representan un consumo importante dentro de la comunidad. Equipos antiguos y mal mantenidos pueden ser grandes consumidores de electricidad. En este sentido, la modernización de los ascensores, incorporando sistemas de bajo consumo o iluminación eficiente en su interior, es una inversión que a medio plazo se traduce en un menor gasto energético.

Medidas para un ahorro efectivo

Para lograr un ahorro real, es necesario que las comunidades adopten estrategias combinadas. La primera de ellas es la concienciación de los vecinos sobre la importancia del uso responsable de los recursos. Pequeños gestos, como apagar las luces cuando no se necesiten o programar la calefacción en horarios específicos, pueden generar grandes cambios en el consumo total.

La implementación de detectores de movimiento en zonas de tránsito es otra medida eficaz. Estos dispositivos activan la iluminación solo cuando es necesario y evitan que las luces permanezcan encendidas de manera innecesaria. En zonas exteriores, el uso de iluminación solar también representa una alternativa sostenible y económica a largo plazo.

Otra acción relevante es la contratación de tarifas eléctricas adaptadas a las necesidades reales de la comunidad. Muchas veces, los edificios están suscritos a contratos que no optimizan el uso de la energía, pagando más de lo necesario. Un análisis detallado del consumo y la búsqueda de tarifas más competitivas pueden significar un ahorro considerable en la factura mensual.

La envolvente térmica: un gran paso

El aislamiento del edificio es uno de los aspectos más importantes en la eficiencia energética de una comunidad. La envolvente térmica, que comprende fachadas, cubiertas y ventanas, influye directamente en la cantidad de energía necesaria para mantener una temperatura confortable en los hogares. Una mala aislación provoca pérdidas de calor en invierno y un exceso de calor en verano, lo que se traduce en un mayor consumo de calefacción y aire acondicionado.

La rehabilitación energética del edificio mediante el cambio de la envolvente térmica es una inversión que, si bien puede suponer un desembolso inicial importante, genera ahorros significativos a medio y largo plazo. Entre las opciones más utilizadas se encuentran la instalación de aislamiento en fachadas con sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) o la renovación de ventanas con doble acristalamiento y marcos de PVC o aluminio con rotura de puente térmico. Estas soluciones permiten mejorar la eficiencia energética del edificio y reducir hasta un 50 % el consumo en climatización.

Además del ahorro económico, la mejora de la envolvente térmica también tiene un impacto en el confort de los residentes. Se reducen las filtraciones de aire, se eliminan problemas de condensación y humedad, y se incrementa la valoración del inmueble en el mercado, convirtiéndose en una inversión rentable en todos los sentidos.

El ahorro energético en comunidades de vecinos no solo es posible, sino que es una necesidad en tiempos de crisis energética y conciencia ambiental. La combinación de medidas de bajo coste, como la modernización de la iluminación y la concienciación vecinal, con inversiones a medio y largo plazo, como la mejora de la envolvente térmica, permite optimizar el consumo de energía y reducir gastos innecesarios. Apostar por la eficiencia energética no solo beneficia a los bolsillos de los vecinos, sino que también contribuye a un modelo de vida más sostenible y respetuoso con el medioambiente.