Síguenos en redes sociales:

ESPECIAL COMUNIDADES DE VECINOS

Esta es la figura clave que deberían tener las comunidades de vecinos

Esta es la figura clave que deberían tener las comunidades de vecinosPatxi Cascante

Las comunidades de vecinos son espacios donde sus individuos cuentan con sus propios intereses, estilos de vida y necesidades, pero deben mantener una convivencia saludable al compartir espacios comunes. Cuando esto no ocurre, surgen las rencillas entre sus residentes.

Es ahí cuando cobra protagonismo la figura del administrador de fincas, que nace como un pilar fundamental para asegurar que el buen funcionamiento de la convivencia y mantenimiento del edificio.

Contratar a un profesional externo para gestionar una comunidad aporta orden y organización, además de una serie de beneficios que repercute en el bienestar colectivo, como por ejemplo, resolver una situación compleja con un inquilino moroso, manejar de forma transparente las cuentas de la comunidad o facilitar el acceso a subvenciones.

Gestión financiera

Un punto importante a la hora de tener en cuenta para contratar este servicio externo es la gestión de recursos económicos. El experto, al ser conocedor de la materia, puede diseñar y supervisar el presupuesto. De esta manera, garantizará que los fondos se distribuyan de manera justa y óptima. Otra de las responsabilidades que suelen tener es la del control de los gastos comunitarios, la recaudación de las contribuciones de los propietarios y la búsqueda de acuerdos que puedan ser más beneficiosos para asegurar las tarifas competitivas para los residentes.

Mediación en conflictos y solución de disputas

La convivencia en un entorno comunitario puede generar roces y desacuerdos. Una empresa especializada cumple el rol de intermediario en estas situaciones, promoviendo soluciones pacíficas y evitando que los conflictos se agraven. Su intervención ayuda a mantener un clima de armonía, facilitando el diálogo constructivo entre los vecinos. En el día a día de una comunidad, es frecuente que surjan desavenencias relacionadas con ruidos excesivos, obras en viviendas particulares o el uso indebido de áreas compartidas.

Estos inconvenientes, que pueden alterar la convivencia, no siempre son fáciles de resolver sin la intervención de un profesional.

Una familia paseando por el término de Sarriguren.

Mantenimiento preventivo y correctivo

El cuidado de las instalaciones comunes es clave para preservar el valor de las propiedades y asegurar el bienestar de los residentes. El administrador de la comunidad se encarga de planificar el mantenimiento preventivo y, cuando es necesario, de gestionar reparaciones urgentes. Su experiencia le permite anticipar posibles fallos antes de que se conviertan en problemas mayores y más costosos.

Cumplimiento de normativas legales

Las comunidades de vecinos deben ajustarse a una serie de leyes y regulaciones. Un administrador competente se mantiene actualizado sobre los cambios legislativos y vela por que la comunidad cumpla con todas sus obligaciones jurídicas. Esto abarca desde la realización de trámites administrativos hasta la organización de documentación y la coordinación de inspecciones o auditorías requeridas.

Comunicación clara y constante

La transparencia en la comunicación es esencial para fomentar una convivencia armoniosa. El administrador actúa como enlace entre los propietarios y la junta directiva, ofreciendo informes regulares sobre el estado de las finanzas, los proyectos en marcha y otros asuntos de interés. Esta claridad fortalece la confianza y el entendimiento mutuo entre los miembros de la comunidad.

Optimización de tiempo y esfuerzo

La gestión de una comunidad puede ser una tarea compleja y demandante para los residentes. Al delegar estas responsabilidades en un administrador, los propietarios pueden liberarse de cargas administrativas y centrarse en disfrutar de su hogar. Este profesional se ocupa de los aspectos logísticos y organizativos, simplificando la vida en comunidad y contribuyendo a una experiencia más agradable para todos.

Sinónimo de seguridad

En resumidas cuentas, disponer de la figura de un administrador de fincas en una comunidad de vecinos siempre va a suponer contar con menos problemas o al menos, tener la certeza de que existe un gestor o gestora con experiencia que va a poder solucionarlo más fácilmente.

En caso de instalarnos en una vivienda de obra nueva que todavía no cuente con un administrador, conviene informarse correctamente de las posibilidades existentes en nuestra región y escoger, junto con el resto de los vecinos, aquella que nos pueda aportar más seguridad y compromiso.