Santi Castillejo: "El que quiera llegar al primer equipo de Osasuna deberá dar pasos adelante"
El filial rojillo inicia este sábado la Liga contra el Zamora en Tajonar. Al frente del equipo, por séptimo año, el técnico de Valtierra, quien afronta el curso, de nuevo, con una plantilla muy renovada
– Si tuviese que definir esta nueva temporada en una palabra o expresión, ¿cómo lo haría?
–Otro reto más. Porque hay que hacer otro equipo, ya que han salido 13 jugadores del año pasado y normalmente se va gente que es titular o que sube al primer equipo. Así que es un reto grande otra vez, en una categoría que no perdona. Un nuevo desafío para crear otro grupo competitivo, reconocible como Osasuna Promesas y con la idea igualmente de que alguno de ellos llegue a la primera plantilla.
A lo largo de todos los años que lleva al frente del Promesas, ¿Osasuna le ha pedido algo diferente o lo mismo temporada tras temporada?
–No, el reto al final que me pide el club es el mismo. Lo primordial hacer a los jugadores, prepararlos para que algún día alguno de ellos llegue al primer equipo, que es el objetivo número uno que tiene un filial. Pero, a su vez, tiene que ser un grupo competitivo. Tiene que ganar, porque es importante que mantengamos categorías también. Estamos ahora con una estructura de club que es una bomba, ya que sólo la tiene el Real Madrid y la Real Sociedad: un equipo en 2ª RFEF, uno en 1ª RFEF y otro en Primera División. Vamos a tener entre 45 y 50 jugadores entre 2ª y 1ª RFEF y ahí, a lo mejor, hay cinco o seis de fuera. Es decir, unos 40-45 futbolistas de Tajonar van a estar en categorías importantísimas. Eso nos ilusiona, porque que es más fácil que llegue más gente. Y, además, es más fácil retener el talento que tenemos aquí. Si no podemos competir económicamente a lo mejor con otros clubes que tenemos cerca, lo que no podemos hacer es regalar categorías. Porque esa categoría hace que sea mejor retener el talento que tenemos. Así que hay que ayudar a mantener esta estructura, que es precisamente bonita.
¿Cómo logra combinar a jugadores muy jóvenes, sin casi experiencia en la 1ª RFEF, con los jugadores más veteranos?
–Estamos hablando de futbolistas más veteranos que tienen 22 años... Hay que tener en cuenta que tener tres o cuatro jugadores mayores de sub-23 es bueno. Primero, porque hacen mejores a los jóvenes, que compiten con gente más hecha. Y, segundo, muy importante, que jugadores de 23 años pueden ser futuribles de Osasuna. Y ahí tenemos el ejemplo de Pablo Ibáñez o de Ander Yoldi. No porque tengan 23 años dejan de ser promesas. Es verdad que no vamos a tener diez jugadores mayores, pero tener tres o cuatro que superen esa edad es positivo para el equipo, porque lo hace más competitivo. Hace que los jóvenes sean mejores, porque se tienen que adaptar a esa forma de jugar. Y pueden llegar al primer equipo.
Estos años está probando con gente del Subiza o de División de Honor juvenil, ¿la dinámica de los entrenamientos o de los partidos es distinta?
–No, no. Más o menos todos los años hemos mantenido la misma idea. Había gente mayor que sub-23, pero también joven. Yo recuerdo que el primer año que llegué aquí, Aimar Oroz o Jorge Herrando eran juveniles de segundo año. Y ahora son del primer equipo con pleno derecho. Y titulares. La idea está desde el principio y ha funcionado: mezclar jugadores jóvenes y futuribles con alguno que le dé un toque extra. Que a veces es de aquí o a veces es de fuera. Yo siempre digo lo mismo: si un futbolista joven es bueno tiene que ser mejor que los que traigamos o mejor que los que sean mayores de sub-23. Si no, el objetivo de llegar al primer equipo no existe.
No será fácil saber a quién traer desde fuera.
–Lo difícil es encajar al que viene. Saber qué necesidades tenemos. Hay que mirar al juvenil, hay que mirar al Subiza, hay que mirar los que se quedan del Promesas, y luego además hay unas necesidades. Porque, naturalmente, no podemos llegar a todo. Somos la provincia que somos, con los habitantes que somos, y no llegamos a todo con esta estructura que tenemos. Ojalá pudiéramos. Así que hay que buscar a ese jugador que sea el ideal, nos dé competitividad, nos dé posibilidad de que llegue al primer equipo él también y nos haga mejores a los nuestros. Y que sea un jugador lo más parecido posible a nuestra filosofía, que no es fácil. Aunque en el día a día van entrando en lo que es la estructura de Osasuna.
Uno de los refuerzos, Dani González, se ha lesionado de gravedad en la rodilla derecha. ¿Cómo se va a suplir esa baja? ¿Con alguien de la cantera o con un fichaje?
–Lo ideal es intentar fichar a algún delantero de fuera. Por una simple razón. Si cogemos a alguien de la cantera, el Subiza también tiene que competir. Si metemos a un jugador demasiado joven a ser cabeza de león en una situación complicada como es la 1ª RFEF no es positivo para él y además estamos fastidiando también al Subiza. Hay que sopesar eso. Aunque tampoco vamos a fichar por fichar. Debe tener las características que hemos comentado: que sea joven, con futuro y que se amolde a las circunstancias económicas que tenemos actualmente, puesto que tampoco vamos a hacer una barbaridad.
¿Cuando habla de un jugador muy joven se refiere a Asier Bonel?
–Claro. Asier Bonel sólo tiene 16 años y está entrenando con nosotros. Lo está haciendo muy bien y estoy muy contento con él y con todos los jóvenes que hay, pero también hay que tener en cuenta dónde lo echas. Pongo un ejemplo. El año antes de venir yo, el año que se bajó de Segunda B, el delantero-centro era Barbero. Metió cero goles. Cuando yo llegué, él estaba más fuera que dentro del club. Por circunstancias, la dirección deportiva dijo que confiara en él y Barbero llegó al primer equipo, estuvo tres años y ahora está en el Depor en Segunda División, en el fútbol profesional. Pero era un jugador que con 19-20 años se le dio la responsabilidad de ser el delantero-centro de Osasuna. Hay que medir los pasos. No todos los jugadores son iguales. Eso no significa que Bonel no lo pueda hacer muy bien, pero hay que seguir unos pasos porque podemos fastidiar al jugador también.
Quizás a veces se percibe bastante ansia por subir jugadores a una categoría tan compleja como la 1ª RFEF.
–El ejemplo más claro es Aimar (Oroz). Conmigo estuvo cuatro años. Los dos primeros le costó mucho. La temporada de Tercera jugó muy poco. En Segunda B lo hizo algo más y los dos últimos fue titular indiscutible. En su época de juvenil le costó, pero se hizo jugador. Compitió con gente mayor que él y ahora todos sabemos quién es. Por eso pongo siempre su ejemplo. Porque Aimar tuvo la cabeza fría de no volverse loco o de romper la baraja. Es el ejemplo claro de un canterano que espera su momento, que sabe aguantar los momentos más difíciles y crece porque es bueno. Los procesos están para cumplirlos y cada futbolista tiene el suyo.
"Aimar Oroz es el ejemplo claro del canterano que sabe esperar su momento. Los procesos están para cumplirlos y cada futbolista tiene el suyo"
La temporada pasada se salvó la categoría no sin sufrimiento. Esta, ¿cómo se plantea?
–Soy consciente de que va a ser muy difícil. Tanto o más que la anterior. Primero porque el equipo no está hecho. Cada año nos hemos tenido que reinventar. Pero para eso estamos. Ese es nuestro trabajo. Hacer jugadores que sean cien por cien Osasuna.
Hay algunos que tendrán que dar un paso adelante y asumir más responsabilidad.
–Esto es así. El que quiera llegar al primer equipo deberá dar pasos adelante. Como los dieron Moncayola, Aimar, Pablo Ibáñez, Jorge Herrando, Iker Muñoz el último año, Iker Benito, Diego Moreno, Javi Martínez en su día... Hay jugadores que quizás el año pasado no eran tan cabeza de vista para la gente y ahora tendrán que ser primeras espadas. Y muchas veces ese es el paso complicado. Ser el dueño de la posición.
Se han ido también jugadores importantes. Guillem Molina o Eneko Aguilar, si se hubieran quedado, le habrían venido bien...
–Nos hubiese gustado que Eneko Aguilar se quedara como un jugador que da empaque al equipo y hace mejor a los jugadores, igual que Guillem... Pero son futbolistas que tienen que buscar su futuro y entiendo que con la temporada que hicieron busquen nuevos retos.
Tendrá también la ilusión de que jugadores suyos, de los que ha formado, acaben por dar el salto al primer equipo.
–Más que mis jugadores, son jugadores que han estado en la base. A mí me toca poner la guinda competitiva. Pero hay un trabajo detrás, en la cantera, de muchos entrenadores. Por supuesto que sientes orgullo cuando un futbolista acaba por jugar en Osasuna, pero el que lo consigue es él con su trabajo y su talento. Los entrenadores estamos para ayudar.
Ha renovado dos temporadas con el Promesas. No sé si a futuro tiene en mente un proyecto más allá del filial.
–Todos somos ambiciosos y queremos conseguir lo máximo, que es entrenar en el fútbol profesional. Eso es un reto que tiene cualquier entrenador y futbolista, y debe ser así. Pero soy consciente de que es muy difícil y estoy en un sitio y en un trabajo que me encanta. Hay que valorarlo todo. Y estoy en casa. Yo he sido jugador de Osasuna, desde la base hasta el primer equipo, y como entrenador estoy en el club que me hizo futbolista. Estoy en un lugar privilegiado. Eso no significa que no quiera entrenar en el fútbol profesional. Soy ambicioso. Pero ahora estoy donde quiero estar. Si no, no hubiera renovado.
"Estoy en un lugar privilegiado. Eso no significa que no quiera entrenar a nivel profesional. Soy ambicioso"
Con la marcha de Jagoba Arrasate, supongo que le hubiera hecho ilusión asumir el banquillo del primer equipo.
–Como entrenador siempre tienes esa ilusión, pero soy consciente de que es muy complicado. El club tuvo que tomar una decisión y optó por traer a Vicente Moreno. En ese aspecto como comprendo todo, llevo toda la vida en el fútbol y lo comprendo todo, por eso renové. En ningún momento me sentí mal por esa circunstancia. Simplemente son decisiones que hay que tomar y asumir.
¿Qué tal la relación con Vicente Moreno?
–Bien, bien. Ya lo conocía. Con Jagoba también tenía una relación perfecta. Como tiene que ser. Un entrenador del filial tiene que estar a disposición de lo que diga el primer equipo. Preparado para que muchos días te falten jugadores, algo que es normal, si bien no está pasando. Y fiel, en definitiva, al primer equipo. Tengo muy asumido mi trabajo, no va a cambiar.