Se apellida Herrera, es portero de Osasuna, este fin de semana paró un penalti y con sus actuaciones ha permitido que su equipo ascienda a la cuarta plaza de la tabla. Podría tratarse de Sergio, pero estamos hablando de Asier, conocido como Txeroki, y se ha convertido en el mejor portero de División de Honor gracias a sus actuaciones ya que, en nueve partidos disputados solamente ha encajado un gol y encadena 540 minutos imbatido, dejar su portería a cero en los últimos seis partidos. 

Este sábado, Herrera vivía un partido especial. El meta volvía a Zizur, la que fue su casa durante las dos últimas temporadas y el lugar en el que fue partícipe al conseguir el histórico ascenso zizurtarra de Liga Nacional a División de Honor. Tímido al afrontar su primera entrevista, Herrera muestra una sonrisa al recordar su última actuación. “Este fin de semana tenía partido especial ya que volvía a la que fue mi casa la temporada pasada y tenía ilusión por jugar”, se sincera el portero, que desvela tener “nervios por lo que se podía comentar en la grada”, pero asegura que “una vez que comienza el partido los nervios se van y te centras en el partido”. No es para menos, pues los focos estaban puestos en él, que dejó un grato recuerdo en El Pinar. 

“Me venían recuerdos a la cabeza, momentos que hemos pasado en ese campo. Ese ascenso lo vivimos como un día súper especial”, reconoce un Herrera que, como Sergio, tiene un don con los lanzamientos de penaltis. “La verdad es que se me da bien parar penaltis”, admite el portero que, sobre la acción –ocurrió en el minuto 77, ganaba Osasuna 0-2 e impidió que el Ardoi se metiera de lleno en el partido– detalla que “al lanzador no lo conocía, pero he ido a ver un par de partidos y sabía dónde lo iba a tirar”, antes de revelar que “cuando paré el penalti vino un colega a decirme algo y nos echamos unas risas”. Aun así, no es nuevo para él que le comparen con el portero del primer equipo. “Ya me han hecho comparaciones”, expone, antes de quitarle hierro al asunto de ser el mejor cancerbero de toda la División de Honor. “Los números están ahí, pero lo que importa es que el equipo está funcionando, vamos todos en piña y estamos sacando los resultados”, agrega.

La pasión por el fútbol le llega a Herrera desde casa. Tanto su padre, Andoni Herrera, como su tío, Higinio Sanz, fueron porteros, pero Txeroki tomó el camino opuesto. “Empecé siendo delantero, pero mi padre me convenció que era más bonito ser portero y se me da bastante mejor”, bromea. 

Conforme se puso los guantes, Herrera tuvo claro en quién fijarse. “Desde pequeño me fijé muchísimo en Keylor Navas. Es una referencia para mí porque empezó en el Levante, y poco a poco ha ido trabajando y teniendo logros”, cuenta, antes de poner el foco en la procedencia de su apodo. “Cuando era pequeño tenía una cresta muy fina y me identificaban con un indio. Un entrenador me habló de una tribu de indios, y con Txeroki me he quedado”, se ríe, antes de señalar que le reconocen más por el apodo que por el nombre. 

Herrera comenzó su carrera en el Gazte Berriak, equipo del que pasó al Ardoi antes de defender la portería del División de Honor de Osasuna. No oculta que se encuentra con “muchísima ilusión, porque es algo que sueñas desde pequeño, con poder defender ese escudo. Con mucha ilusión”, a pesar de que el trabajo es “más exigente, pero es echarle ganas y al fin y al cabo las cosas que aprendes aquí te las llevas en la mochila”.

No comenzó bien Osasuna la temporada y, después de encadenar cuatro victorias consecutivas, el conjunto rojillo se sitúa en cuarta posición y ha enderazado el rumbo en busca de su objetivo: la Copa del Rey. “Creo que al principio de liga nos costó un poco, pero el equipo se centró, tenemos una meta clara que es la Copa del Rey, que nos haría muchísima ilusión jugarla”, analiza Herrera, que admite que “costó un poco, pero haces un poco de empaste y cuando tienes una meta clara te unes entre los compañeros”. 

Ser el mejor portero de División de Honor es algo que no le quita el sueño a un Herrera que tiene claro que “en mi familia hemos sido siempre muy humildes”, pero no por ello va a cerrarse puertas al sueño de “defender el escudo de Osasuna”.