La que se avecina arrancó el viernes su 13ª temporada en Amazon Prime Video, donde se emitirá antes que en Telecinco, aunque la cadena de Mediaset emite este lunes el primer capítulo tras un acuerdo llegado con la citada plataforma.

Un primer capítulo lleno de novedades, ya que la disparatada comunidad de vecinos se despidió para siempre de su Mirador de Montepinar en las afueras para trasladarse al centro de la ciudad, en la calle Contubernio 49, y con numerosos actores nuevos, pero también bajas destacadas.

Y entre las novedades, el sorprendente aspecto de Yolanda Morcillo, el personaje interpretado desde hace unas temporadas por Miren Ibarguren. La actriz donostiarra se ha convertido en la serie en una persona obesa, gracias a un traje (fatsuit) que añade volumen a su cuerpo haciéndole subir varias tallas e incluso a prótesis en su cara que le aportan una considerable papada.

Y su trama en los primeros capítulos gira sobre eso. Tras romper con su última pareja, Yolanda Morcillo, la reina del brillo, cae en una depresión que la hace engordar y su madre (interpretada por Loles León) intenta que adelgace poniéndole incluso un candado en la nevera, lo que la lleva a comer a escondidas y con la ayuda del conserje.

Un argumento que ha incendiado las redes sociales, que acusan a la veterana serie, que recientemente ha ganado el premio Ondas, de gordofobia por cómo muestra a las personas obesas.

Eso sí, muchos internautas responden a estas críticas recordando que lo que pasa en la serie es una parodia, al igual hay personajes como Antonio Recio que muestran homofobia, racismo o misogonia.

El motivo de ese radical cambio de aspecto de Miren Ibarguren es que la actriz vasca, pareja del creador de la serie, Alberto Caballero, está embarazada y han preferido esconder ese embarazo para no repetir tramas que ya se han visto en otras ocasiones y que eso implique que en próximas temporadas haya un niño o niña más en la serie.