Mariló Montero no tiene ahora un programa propio pero colabora en dos de dos cadenas diferentes: La Plaza, con Jordi González en TVE 1 y Espejo Público, con Susanna Griso en Antena 3. En este último, este viernes estaban hablando sobre el suceso ocurrido el jueves en un instituto de Jerez de la Frontera (Cádiz), donde un joven de 14 años, que tiene el síndrome de Asperger y que al parecer había sufrido bullying el día anterior, apuñaló a dos compañeros y tres profesores, lo que ha provocado que la Fiscalía de Menores lo interne en un centro cerrado hasta que se celebre el juicio.

En ese momento ha intervenido Mariló Montero para criticar la conocida como ley Celaá. “Tenemos que cuidar la salud mental de los adolescentes. La ley Celaá permitía que personas que tuvieran salud mental diferente convivieran con gente que no padece ningún problema psicológico o ninguna enfermedad”, comenzaba la navarra, unas palabras que no le gustaban demasiado a Griso, que veía cómo Montero no estaba explicando bien esa ley, considerando enfermas a las personas con Asperger. “Pero es distinto, Mariló”, la interrumpía, aunque la estellesa quería seguir hablando. “Termina, termina, porque...”, la animaba la presentadora catalana.

“En esa convivencia, es verdad que este chico, que tiene la enfermedad de Asperger al parecer...”, proseguía Mariló Montero, unas palabras que, ahora sí, no ha querido tolerar Griso, que saltaba a corregirla. “Es que no es una enfermedad el espectro Asperger, ni es una incapacidad. Es que me molesta que utilicemos estos términos, porque son niños que tienen problemas de sociabilidad, que a veces no pillan las ironías pero que pueden tener un rendimiento académico espectacular, y este lo tenía, una inteligencia elevadísima… Es un rasgo de personalidad, casi lo definiría así, de la misma manera que puedes ser pelirroja, bajita, negra o con altas capacidades”.

Y a continuación trataba de explicarle su interpretación de la ley a Mariló. “Un Asperger es una diferencia mínima, una persona que necesita más orientación, que los chavales sepan con lo que están lidiando. El problema de la ley Celaá es que quiere que niños con discapacidades mucho más graves, que en este caso sí son discapacidades, estén también con el resto de alumnos. Y eso sí que es carne de cañón, porque son niños que pueden tener problemas para seguir el curso”.