El Gobierno irlandés se ha mostrado preocupado por el impacto que puede tener en las negociaciones del Brexit "la división interna" que sufre el Partido Conservador británico tras la moción de censura lanzada contra su líder y primer ministro, Boris Johnson.

Aunque el "premier" sobrevivió a la votación, su liderazgo ha quedado debilitado y Dublín advierte de que Londres podría "endurecer" su posición en las conversaciones que mantiene con Bruselas sobre el controvertido Protocolo del Brexit para Irlanda del Norte, a fin de congraciarse con el ala dura de los "tories".

"Por eso estamos preocupados. Por supuesto, sea quien sea el primer ministro, trabajaremos con ellos, pero no queremos que Irlanda sea parte de una estrategia diseñada para mantener el control del Partido Conservador a través de un endurecimiento de la posición sobre el protocolo", declaró el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, a la cadena pública RTE.

El Ejecutivo de Johnson ya había presentado antes de esta moción de censura planes legislativos para anular de manera unilateral partes del citado mecanismo del Brexit para Irlanda del Norte, una amenaza que entorpece el avance de las conversaciones que mantiene con la Unión Europea (UE).

Esta cuestión impide, asimismo, la formación de un Ejecutivo autónomo en Belfast, pues el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) se niega a compartir gobierno con los nacionalistas si el diálogo entre Londres y Bruselas no desemboca en una reforma radical del protocolo.

"La posición del Gobierno irlandés es muy clara al respecto. Creemos que podemos solucionar estos asuntos", subrayó el jefe la diplomacia de Dublín, quien destacó que la UE ha mostrado "flexibilidad" y "pragmatismo" para retocar el funcionamiento del protocolo.

Coveney confió en que las medidas legislativas contempladas por Londres para actuar de manera unilateral no serán el "precio" que debe pagar Johnson para mantener el "apoyo mayoritario dentro de su propio partido".

Londres, prosiguió, "amenaza con publicar esta semana" una ley que "violaría la legislación internacional" y obviando las "obligaciones adquiridas" en el Tratado de Salida firmado por las dos partes.

"Creo que sería un gran error político, porque causaría muchos más problemas de los que resuelve", concluyó Coveney.