La Unión Europea agotará este verano los 15.000 millones de euros que había presupuestado para cubrir los costes de financiación del fondo de recuperación pospandemia hasta 2026 ya que el aumento de los tipos de interés ha elevado el coste de la deuda europea, dijo hoy el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.
"Las simulaciones muestran un coste total del empréstito de 34.000 millones de euros para el periodo 2021-2026. Esto es de una magnitud que no puede ser gestionada usando las flexibilidades del actual Marco Financiero Plurianual (MFP)", añadió el comisario en un debate sobre el fondo de recuperación con las comisiones de Economía y Presupuesto de la Eurocámara.
Por ello, recordó Gentiloni, la Comisión Europea ha propuesto dentro de su revisión de medio plazo del MFP para 2021-2027 aumentar la flexibilidad del instrumento EURI -utilizado para cubrir estos costes- para atender a la "incertidumbre por las fluctuaciones en el mercado".
En concreto, el Ejecutivo comunitario ha pedido a los Estados miembros que aporten 19.000 millones de euros adicionales al presupuesto de aquí a 2027 para pagar los intereses de los bonos y letras que la UE saca al mercado para captar los 800.000 millones de euros en ayudas del fondo de recuperación.
"Es crucial para la credibilidad del Fondo de Recuperación y Resiliencia", dijo el comisario, quien recordó que los intereses de los bonos a diez años de la UE han pasado de estar próximos a cero cuando se pactó el presupuesto a superar el 3% en apenas un año.
En cuanto a la implementación del fondo de recuperación, Gentiloni señaló que la Comisión ha recibido en total hasta ahora 30 solicitudes de pago y desembolsado un total de 153.400 millones de euros a los Estados miembros.
Al mismo tiempo catorce países han remitido planes de recuperación enmendados, de los cuales diez incluían un capítulo dedicado al RepowerEU, la estrategia comunitaria para reducir la dependencia de los combatibles rusos, entre los que Bruselas ya ha aprobado los de Estonia, Malta, Francia y Eslovaquia.
Pendientes de evaluar quedan la adenda del plan español, presentada por el Gobierno de España el mes pasado para solicitar los 84.000 millones en créditos que le correspondían y otros 10.300 millones adicionales en subvenciones, así como las presentadas por Dinamarca, Portugal, Lituania, República Checa y Países Bajos.
El comisario de Economía advirtió de que las diferencias en el ritmo de aplicación de los planes entre Estados es "cada vez más evidente" e instó a evitar el retraso de la presentación de solicitudes de pago.
"Tenemos que evitar la acumulación de las necesidades de financiación para la Comisión en los últimos años del fondo", dijo Gentiloni, quien reconoció que el calendario -que obliga a cumplir todos los objetivos para el 31 de agosto de 2026- es "difícil".
Bruselas -dijo- estudia fórmulas para ayudar a los Estados a respetar este plazo, como permitir que los últimos hitos se cumplan al 90% llegada la fecha límite si está garantizado que se acabarán respetando al cien por cien; dividir proyectos que son cofinanciados por el fondo, de modo que la parte financiada por el Estado pueda concluirse pasado 2026; o crear instrumentos financieros de tipo revolvente que apalanquen inversiones privadas, lo que permitiría seguir invirtiendo más allá de 2026.