Unas 150.000 personas participaron este viernes en la conmemoración del 30 aniversario del genocidio de Srebrenica, donde se denunció que la comunidad internacional falló al no impedir este grave crimen contra la humanidad y se insistió en que su negación debe cesar.
Los restos de siete víctimas de la masacre de más de 8.300 civiles musulmanes el 11 de julio de 1995 fueron enterrados hoy en el cementerio del Memorial de Srebrenica-Potocari, situado en el este de BosniaHerzegovina, durante la ceremonia de conmemoración.
Sus familiares llevaban décadas buscándolas. Partes de sus restos incompletos fueron hallados en diferentes fosas comunes, lo que vuelve a dejar al descubierto la brutalidad del crimen y el intento sistemático de encubrirlo.
Víctimas aún desaparecidas
Aún hay 7.581 personas desaparecidas durante la guerra de Bosnia (1992-1995), de las que se estima que unas mil pudieron haber sido asesinadas en la matanza de Srebrenica, destacó en el acto Emza Fazlic, portavoz del Instituto para las personas desaparecidas de Bosnia-Herzegovina. Más de 6.700 han sido sepultadas en el cementerio de Potocari hasta ahora.
"Estoy en Srebrenica para rendir tributo a las víctimas del genocidio, a la memoria de quienes fueron asesinados brutalmente, a sus familias y a quienes aún están desaparecidos 30 años después", escribió en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, António da Costa.
"No hay lugar en Europa -ni en ningún otro sitio- para la negación del genocidio, el revisionismo o la glorificación de los responsables", agregó el político portugués, que participó en la ceremonia junto a la comisaria de Ampliación, Marta Kos.
"Es nuestro deber alzar la voz y nunca apartar la mirada cuando se cuestionan los derechos humanos y se menoscaba la dignidad de otros", resaltó Kos desde Srebrenica en un mensaje publicado en X.
Más de 8.300 civiles bosnios-musulmanes fueron ejecutados después de que las fuerzas serbobosnias irrumpieran, el 11 de julio de 1995 en la 'Zona protegida de la ONU' de Srebrenica, como culminación de tres años de limpiezas étnicas en Bosnia-Herzegovina, país poblado por musulmanes, serbios y croatas bosnios.
"Admitimos la grave verdad. Fallamos hace 30 años", declaró el secretario general de la ONU, António Guterres, en un mensaje leído en la ceremonia.
"Nos sentimos avergonzados. Nosotros, la comunidad internacional, fallamos en protegerlos, a más de 8.000 hombres, niños, mujeres y niñas", dijo en el acto el ministro de Exteriores neerlandés, Caspar Veldkamp, cuyo país había desplegado cientos de cascos azules en el enclave.
Persistente negacionismo
A pesar de que la Justicia internacional dictaminó que la masacre de Srebrenica fue un genocidio, su negación persiste, sobre todo en la vecina Serbia y cada vez más en el ente serbobosnio, uno de los dos que componen Bosnia-Herzegovina.
"Durante treinta años llevamos el dolor en nuestros corazones, viendo cómo se glorifican los crímenes de guerra, algo que el mundo y Europa toleran. Mataron a nuestros hijos solo por tener un nombre y apellido diferentes, los mataron solo por ser musulmanes", dijo Munira Subasic, que perdió en la matanza a su hijo y a otros 21 seres queridos.
"Aceptamos la responsabilidad por el fracaso de impedir y detener el genocidio. Tampoco permitiremos que la historia sea reescrita", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
Hasta la fecha, 54 personas han sido condenadas por los crímenes cometidos en Srebrenica, con una condena total de 781 años de prisión, incluidas cinco cadenas perpetuas. Entre los condenados se encuentran el expresidente de la República Srpska, Radovan Karadzic, y el excomandante de su Ejército, Ratko Mladic.
El miembro de la presidencia bosnia por los bosnios-musulmanes, Denis Becirovic, responsabilizó en la conmemoración a Belgrado de haber contribuido a la matanza de Srebrenica con su propaganda de odio contra los bosnios-musulmanes que, dijo, sigue existiendo hoy.
"Vivimos en una época de creciente mal y negación del genocidio. Los protagonistas del mal esperan que las mentiras lo borren todo. ¡Jamás!", declaró por su parte el El jefe de la comunidad islámica bosnia, Reisu-l-ulema Husein Efendija Kavazovic.
A la ceremonia asistieron varios presidentes y primeros ministros de la región balcánica, pero no de Serbia, ni serbobosnios de la República Srpska bosnia, que no reconocen el genocidio.
El presidente serbio, Aleksandar VuÄ_iÄ+, califica la masacre meramente de 'crimen grave', y así lo hizo también al enviar este viernes, a través de redes sociales, sus condolencias a las familias de las víctimas: "No podemos cambiar el pasado, pero debemos cambiar el futuro", dijo tras manifestarse convencido de que 'un crimen similar' nunca se repetirá.