Barbalisa, el toro castaño que ha liderado toda la carrera, ha entrado en solitario a la plaza de toros y, en vez de dirigirse a los corrales, se ha dado la vuelta y ha enfilado hacia el callejón. En ese momento, un mozo ha entrado corriendo a la plaza, ha resbalado y ha caído en la arena del coso taurino. Barbalisa se ha fijado en él y ha ido a cornearle. El joven se ha protegido en posición fetal y ha evitado la cornada.