Acaba de publicar A vivir la ciencia, un libro que habla de las emociones que pueden suscitar ciertos descubrimientos. Para Estupinyà, la ciencia debe alinearse con la sociedad, dejar de ser una disciplina alejada de los comunes mortales y convertirse en un instrumento de ayuda. Como ejemplo de esa cercanía está todo lo que se ha vivido a través de la pandemia del coronavirus y cómo los científicos han tenido que basarse en tiempo real en ensayos de prueba-error. Hablamos con él del libro, de su programa televisivo y de la inevitable pandemia.

¿Qué es A vivir la ciencia?A vivir la ciencia

Un libro de divulgación científica como muchísimos otros. Este nace de las conversaciones con Javier Sampedro en A vivir que son dos días, en la cadena Ser, los domingos por la mañana. Había temas que te incitaban a querer saber más, algunas conversaciones eran apasionantes y cuando terminabas tu sección de radio querías profundizar más y más, y decías: Quiero perseguir ese tema. Así que A vivir la ciencia nace de la frustración de querer saber más.

La ciencia resulta apasionante para los científicos, pero para los mortales de a pie puede resultar muy aburrida.

Pues la estamos viendo ahora con el coronavirus, estamos viendo la ciencia mientras se está haciendo, y resulta muy interesante. Estamos viendo el desarrollo de los fármacos, de las vacunas, estamos viendo los errores de la ciencia, sus aciertos, estamos viendo lo que dice la opinión pública€ A nivel periodístico es apasionante. ¿Qué te parece?

Que es otra forma de ver una pandemia que nos ha cambiado la vida y nos impone una restricción tras otra.

Es cierto, la vida ha cambiado, pero lo que te aseguro es que la ciencia no era como la estamos viendo ahora con la Covid. Antes, el científico de turno publicaba su estudio bien revisado, bien asegurado, bien contrastado, pero eso no está ocurriendo ahora.

Y le gusta más ver cómo la ciencia avanza a golpe de prueba y error.

Salvando todas las tragedias que estamos viviendo, que es lo más terrible ahora mismo, hace tiempo que descubrí que me gusta más la ciencia cuando está en pleno desarrollo. Por eso escribí A vivir la ciencia. La primera capa del libro son los hechos científicos, pero una vez que vas profundizando, hay una segunda capa que se refiere a las emociones que despierta la ciencia.

¿Por ejemplo?

Cuando elijo un tema sobre otro es porque me mueve alguna emoción.

Las emociones son de muchos tipos.

Por supuesto. Pueden ser de asombro, de indignación, esperanza€ Por encima de la curiosidad científica o de las emociones que la ciencia despierta, hay reflexiones que son más que apreciables.

¿Qué se le puede pedir a la ciencia?

Que nos ayude a resolver los problemas que tiene la sociedad. Aunque a los científicos no les guste mucho, creo que debemos reivindicar una ciencia más conectada a los problemas de la sociedad y dirigida a solucionarlos.

Nos hemos mantenido alejados de la ciencia y sus protagonistas, pero desde hace unos años, en La 2 de TVE parece que se han puesto las pilas y nos acercan a ella con El cazador de cerebros, Órbita laika

La respuesta es un sí rotundo. El cerebro de un espectador o de un lector tiene que manifestar cierto interés hacia lo que está viendo o leyendo, sea ciencia o no. Si ese interés no existe, por muy fácil que se lo pongamos pondrá otro canal o comprará otro libro. Eso no lo podremos forzar nunca. El gran tema es no decepcionar a la gente que ha manifestado cierto interés.

Hablemos de El cazador de cerebros

Es un programa en el que me siento muy a gusto. Yo vivo ahora en Buenos Aires, pero voy y vengo para grabar las temporadas de este programa. Estoy muy satisfecho con lo que hago en televisión y espero que haya logrado satisfacer las expectativas de los espectadores a los que les gusta este tipo de espacios.

Usted es bioquímico, ¿qué pretende conseguir a través de la televisión, la radio o sus libros?

Divulgar de una forma atractiva y asequible todo lo relacionado con la ciencia, y poner a disposición de lectores, oyentes y espectadores conceptos que son fácilmente entendibles, pero que en ocasiones no se han explicado de una forma amena y divertida.

¿Y cree que ha conseguido ser ameno y divertido?

Espero que sí, pero será el público el que lo decida. Pienso que la ciencia tiene que estar dentro de la sociedad y por eso me gusta la divulgación.

¿Se invierte lo suficiente en ciencia?

Cada sector se queja de escasez de inversiones y la ciencia no es menos. Quizá con esta pandemia se haya aprendido una lección: que es importante invertir en ciencia, y la crisis del coronavirus nos ha enfrentado a muchos problemas. Posiblemente, a partir de ahora tenga más importancia en el mundo de la política.

PERSONALEdad

: 45 años.

Lugar de nacimiento: Tortosa (Tarragona).

Formación: Se licenció en Bioquímica en la Universidad Rovira i Virgili.

Trayectoria: Ha trabajado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y en el Banco Interamericano de Desarrollo. Hace diez años publicó su primer libro, El ladrón de cerebros. A este le han seguido Rascar donde no pica, El sexo en la consulta médica, S=EX2. La ciencia del sexo, y ahora A vivir la ciencia. Presenta en La 2 El cazador de cerebros.