Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el uso de Internet en los hogares del Estado español ha crecido mucho en los últimos años. En concreto, en 2020 el 93,2% de la población entre 16 y 74 años lo utilizaba, una cifra un 2,5% superior a la de 2019. La variación está en los usuarios más mayores, quienes se ponen cada vez más al día, sobre todo tras la pandemia.

"Vivimos en una nueva sociedad interconectada y globalizada, unida gracias a las nuevas tecnologías", explica Óscar Fuente, director y fundador de la escuela digital de negocios IEBS Business School. "En la actualidad, Internet está totalmente integrado en nuestra vida diaria, en todos los ámbitos y más ahora que, a causa de la pandemia, la transformación digital se está acelerando cada vez más. Además, nos ha facilitado una comunicación sin barreras, distancia, sociedades ni fronteras convirtiéndose en una parte muy importante de nuestras vidas", añade. Y explica cuáles son las claves para su funcionamiento.

Internet funciona a través de cables submarinos. A pesar de que hay un pensamiento común de que Internet funciona por satélite, en la mayoría de los casos se distribuye a través de cables submarinos que conectan alrededor del mundo. Para llegar a esos cables submarinos existen otros cables exteriores que cruzan la superficie, por ejemplo por las montañas.

Todos los ordenadores tienen que usar el mismo protocolo. Para que puedan comunicarse e intercambiar información, todos los ordenadores conectados a Internet deben usar el mismo protocolo. Para conectarnos lo hacemos por medio de un proveedor de acceso a Internet (ISP), como Telefónica, Vodafone o Movistar. Es decir, compañías que nos proporcionan conexión. Lo que hacen estas empresas es asignarle un número único a nuestro ordenador dentro de la red para identificarlo. A este número se le conoce como IP.

Cada IP es único. IP son las siglas de Internet Protocol, y una dirección IP es un número único con el que una computadora o un dispositivo se identifica cuando está conectado a una red, si dicha red tiene ese mismo protocolo IP. Las direcciones IP tienen una estructura que las convierten en privadas o públicas y que además forman parte de la máscara de red y el gateway. Estas direcciones IP permiten que cada ordenador pueda conectarse al exterior, es decir a Internet.

La función del 'router'. Cada vez que queramos enviar datos por la red debemos codificarlos de forma que puedan ser transmitidas por dicha red de forma inteligible. Esta es la función del router, ya que gestiona de forma inteligente los datos que enviamos o recibimos. Es decir, la dirección IP identifica a los ordenadores dentro de la red y los protocolos TCP nos indican cómo se envía y recibe la información entre los ordenadores.

Protocolos de Internet TCP. Como se ha comentado, las normas o protocolos TCP indican la forma en la que se envía la información por Internet. La información se manda dividida en pequeños paquetes. En este proceso, se proporciona a cada paquete una cabecera que contiene diversa información, como el orden en el que deben unirse posteriormente. Este protocolo coloca cada uno de los paquetes que se van a enviar en una especie de sobres IP, que contienen datos como la dirección donde deben ser enviados. Con la llegada de paquetes a su destino, el TCP comprueba su validez y los une formando el mensaje inicial.

El papel de los servidores. Los servidores son ordenadores conectados a la red al servicio de los usuarios. Suelen identificarse con un nombre de dominio, más el nombre del dominio genérico para indicar la información que contiene el servidor o zona a la que pertenece, en vez de por un IP. Siempre están separados por un punto para que sea más fácil llegar a ellos. Por ejemplo: www.iebschool.com.