El submarinista israelí Sholmi Katzin descubrió una espada de hace 900 años en el fondo del mar de la costa de Israel. La primeras observaciones sugieren que pudiera pertenecer a un caballero cruzado medieval.

El hallazgo tuvo lugar el de fin de semana del 16 y 17 de octubre frente a la ciudad de Carmel, en el norte de Israel, donde Shlomi Katzin estaba practicando buceo recreativo, filmando con una GoPro sus experiencias. Y el lecho arenoso le ofreció un inesperado regalo: una arma medieval que parece ser de los tiempos de la Tercera Cruzada, la de Ricardo Corazón de León y Saladino.

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La antigua arma, que fue inmediatamente entregada a las autoridades arqueológicas del país, tiene un metro de largo y pesa alrededor de ocho kilos. Está cubierta por organismos marinos. "La espada, que se ha conservado en perfectas condiciones, es un hallazgo hermoso y raro y evidentemente perteneció a un caballero cruzado", señaló Nir Distelfeld, inspector de la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, que agregó que creen que el arma está hecha de hierro.

Campo arqueológico

El sitio en el que tuvo lugar el descubrimiento era utilizado en la antigüedad como refugio para barcos durante tormentas debido a la presencia de grandes calas naturales en la zona, explica Kobi Sharvit, director de Arqueología Marina de la misma institución. "Estas condiciones han atraído a barcos mercantes a lo largo de los siglos, dejando tras de sí ricos hallazgos arqueológicos", agrega.

Con el tiempo, la arena fue cubriendo los diferentes restos que se depositaorn sobre el lecho marino, y en la actualidad las corrientes los han hecho aflorar los objetos. Las autoridades arqueológicas ya conocían esta situación desde junio, pero los decubrimientos se realizan poco a poco.

Sobre cómo llegó al fondo del mar pudo tratarse desde una simple caída a resultado de una escaramuza bélica entre cirstianos y musulmanes con mal final para su propietario.

Junto con la espada, que será limpiada y examinada en un laboratorio especializado antes de ser puesta en exhibición, el buzo encontró además otros objetos, incluyendo anclas de metal y fragmentos de cerámica.