Si los valencianos lo dicen, no hay mucho más que discutir. Si en la localidad de Sueca anuncian que la mejor paella del mundo la cocinan en el restaurante El Madrileño de Guadarrama, no queda más que buscar su teléfono para tratar de hacer una reserva. Los cocineros de El Madrileño, Óscar de la Fuente y Javier Hernández, se impusieron en la final del 60+1 Concurs Internacional de Paella Valenciana celebrada el domingo 12 de septiembre y en la que participaron 40 finalistas, 10 de ellos llegados desde México, Italia, Perú, Uruguay, Puerto Rico o Estados Unidos tras la semifinales internacionales. Además del prestigio obtenido, los cocineros se llevaron 2.500 euros y un pergamino acreditativo de tamaña hazaña. Es el segundo año consecutivo que el título sale de las fronteras valencianas.

Completaron el podio el restaurante Arrosos per Amportatar Pepi, de Alcasser, y el restaurante Tabick Lounge-Arrosos i Brases, de Llombai. Por lo que respecta al premio a la mejor paella cocinada por un restaurante a nivel nacional, el galardón ha ido a parar al Restaurante El Trato Gastrobar, de Madrid. El premio a la mejor paella cocinada por un restaurante de la Comunidad Valenciana ha sido para el Restaurante La Arrocería de la Mejillonera, de Benidorm. En cuanto a la mejor paella cocinada por un restaurante de Sueca, el ganador ha sido el restaurante Fernandet. Por último, la mejor paella cocinada por un restaurante de fuera de España ha sido para El Coraloense Restaurant, de Bell Gardens, de EEUU.

​La misma receta

Los 40 particpantes tuvieron que cocinar su paella sobre fuego de leña y con la misma receta, la de la paella tradicional valenciana y con los mismos ingredientes. Así emplearon un kilo y medio de arroz de Sueca, cuatro docenas de caracoles, kilo y medio alubia garrofó, medio kilo de judía tavella, un kilo y 300 gramos de ferradura (alubia verde), un kilo de tomate maduro, una cabeza de ajo, un gramo de azafrán molido, un gramo de azafrán en briznas, 225 gramos de pimiento, dos pollos, dos conejos, un litro de aceite de oliva, sal y agua. Todo ellos se lo facilitó la organización en aras de la igualdad absoluta. También les entregó una paella de 70 centímetros de diametro, un soporte, un cubo, una jarra una pala, un rallador y la leña necesaria.

El jurado valoró la cocción del arroz, el gusto conseguido, el color, la simetría de los ingredientes y el punto del socarrat. Y aquí es donde la maestría de los cocineros de El Madrileño se impuso a la de sus competidores. Este año el certamen vino con novedad. La organización decidió que en la edición 60+1 no participaran finalistas de otras ediciones con el objetivo de dar cancha a nuevos participantes y conocer las habilidades con el arroz de restauradores de otras localidades.