Si eres de esas personas cuya vida es una carrera continua, que tiene que comer en el trabajo dentro de su jornada laboral, que sus obligaciones postlaborales la llevan de un lado a otro y después, ya en casa no tengas fuerzas para nada más que una cena rápida y de circunstancias, deberías intentar practicar el baig cooking, también llamado batch cooking.

Y no, no es ninguna técnica de última generación para centrarnos y unir cuerpo y mente.

A pesar de sus anglosajones términos no es otra cosa que cocinar para toda la semana. El primero se traduciría como cocinar para embolsar y el segundo como cocinar para toda la semana. Para la semana laboral de cinco días en realidad, que se supone que los findes son para descansar y comes en casa. No es algo desconocido, nuestras madres ya lo hacían con sus hijos adolescentes cuando se iban unos días y llenaban la nevera de tápers con comida preparada.

A grandes rasgos, se trata de cocinar durante una tarde una serie de menús para toda la semana y poder llevarlos al trabajo. La idea es que sea comida casera, completa, sana y bien elaborada, sin prisas. O sea, que por muy sabrosos que puedan ser, los bocadillos no cuentan.

Ahora bien, no se trata cocinar cada uno de los platos por separado. Hay que maximizar el tiempo y los ingredientes. Para que sea realmente efectivo se debe seguir una serie de pautas y contar con cierta planificación.

  • Cocinar cantidad. Se trata de preparar varias raciones de una tacada, por lo que la idea es cocinar por bloques o a lo grande de manera que el tiempo se aproveche mejor.
  • Aprovecha los distintos procesos de cocinado. Un mismo sofrito puede servir para varias recetas, un cocido puede dividirse en distintas preparaciones. Así se gana tiempo y se pueden montar combinaciones.
  • Que se puedan conservar o congelar. El fundamento es que salgas de casa con la comida ya lista en su táper o en su recipiente cada día laborable, por lo que haga el domingo por la tarde debe aguantar hasta el viernes al mediodía, o por la noche si planificas también las cenas. El congelador es una gran ayuda, pero hay que acordarse de sacarlo a tiempo.
  • Planificación. Antes de lanzarse a cocinar hay que sentarse a pensar. Con papel y boli, planificar los menús y calcular la compra necesaria. Hacerlo así también te ahorrará viajes al súper entre semana. Si cocinas el domingo a la tarde, el sábado por la mañana es el día indicado.

Aunque la idea es dejarlo todo preparado para que solo sea abrir, coger y salir corriendo, también puede ocurrir que hayas planificado las cenas, y en este caso puedes haber dejado los ingredientes sin montar para preparar los a última hora en la tranquilidad de tu casa.

En principio, esto parece pensado para personas que viven solas, pero en pisos compartidos o familias también pueden hacerlo. En este último caso puede servir para pasar agradables momentos en familia, enseñar a los más pequeños y fomentar su autoestima al verse capaces de preparar lo que ellos y sus progenitores van a comer la semana siguiente.

Y quizá hasta dejen de preguntar cuando llegan a casa eso de "¿Y que hay hoy de comer?".