Es una mujer muy risueña, como lo ha sido desde que se le recuerda. Ríe constantemente y le divierte el trabajo que hace. Se hizo muy popular gracias a sus entrevistas en El intermedio, pero después de siete años en el programa de Wyoming volvió a la interpretación, que es el mundo más interesante para esta actriz, modelo, reportera y presentadora de televisión surcoreana, aunque española de corazón y mente. Y aunque su formación no tiene nada que ver con el mundo del espectáculo (estudió Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Lingüística en la Universidad de Estudios Extranjeros de Busán, Corea, entre 1994 y 1996, y continuó con sus estudios de Política exterior en Toronto, Canadá, durante 1996 y 1998), es por la vida de cómica y titiritera por la que se le conoce en este país, donde es un personaje muy querido y que se le ha hecho simpático a la mayoría de la audiencia, algo que no está al alcance de cualquiera.

Está usted de estreno: el viernes podremos ver la primera temporada de Supernormal en Movistar +.

-Y estoy encantada. Tengo un papel muy especial, muy divertido. Trabajo en casa de la protagonista de la serie, Patricia (Miren Ibarguren), una mujer muy potente.

Se la ve encantada con su personaje de Imelda. ¿Es ella supernormal?

-Más bien es superexigente, igual que su jefa, una mujer ambiciosa y perfeccionista. Pero todo es supernormal, como el título.

Parece que se siente muy cómoda en el ámbito de la comedia...

-Es que esta historia que estrenamos es real como la vida misma. Es comedia y hay exageraciones, pero también tiene sus puntos de drama. Tenemos todo tipo de momentos: divertidos, tensos, felices... Nos vamos a reír mucho, y reírse es muy importante en la vida.

¿Tiene predilección por la comedia?

-La interpretación tiene todo tipo de momentos, pero después de hacer comedia en el trabajo vuelvo a casa más alegre. Si lo que he hecho es llorar durante dos o tres horas, vuelvo a casa de bajón y me cuesta salir de ahí. Es que me gusta más la comedia que el drama.

¿Qué ha estado haciendo desde que dejó a Wyoming?

-Después de salir de El intermedio estuve haciendo series como Gim Tony y algunas películas. En este año y medio de pandemia que llevamos, ya incluso me he perdido con las cosas que he hecho.

Es que usted se apunta a un bombardeo y no dudó en ir a MasterChef celebrity. ¿Tenía ganas de demostrar lo que sabía de cocina?

-A mí me gusta mucho cocinar, sobre todo inventar. Cuando tengo pocas cosas en la nevera, invento. La gente, cuando come lo que hago, no sabe que apenas había nada en mi despensa ni en mi nevera. Que sepas que hago magia en la cocina.

Aunque no nos suena que ganara esa edición...

-Ja, ja, ja... Claro que no, me echaron la primera. Cuando me llamaron de MasterChef me hicieron un casting en el que cociné un relleno de calamares, una fusión entre el estilo coreano y el estilo mallorquín.

¿Sabe hacer cocina mallorquina?

-Claro que no, pero pregunté a las madres de mis amigas de Mallorca y me fueron dando pistas para elaborar el plato, aunque me sirvió de poco, porque ya digo que me echaron la primera, y eso que fui a un curso para aprender a hacer espumas y esas cosas.

¿Qué cocina le gusta más como consumidora, la coreana o la española?

-No tengo preferencias entre una u otra, me guío por la materia prima. No me gusta que a los platos les echen muchas salsas, me gusta ver lo que como y sentirlo en la boca.

Y los platos coreanos tienen muchas salsas, ¿no?

-Sí que echan salsas. Comer alguna vez un plato con mucha salsa no está mal, pero no es para todos los días. Me cansa comer continuamente comida coreana porque las emplea mucho.

¿Qué ha echado de menos durante la pandemia?

-Muchas cosas, pero durante el confinamiento total, el tiempo en el que estuvimos en casa, echaba de menos ver a los amigos cara a cara, porque no es lo mismo verlos por videoconferencia.

¿Tiene nuevos proyectos a la vista una vez acabada esta serie?

-Ahora empieza a haber movimiento y se vuelve a hablar de proyectos, pero todavía no puedo decir nada porque hasta que no pase el verano no va a haber ninguna confirmación. Todavía habrá que esperar un poco y tener paciencia.

¿Se espera segunda temporada de esta nueva serie?

Espero que sí. Yo siempre espero que haya más temporadas de las series en las que trabajo.

Es usted una mujer muy viajera, ¿tiene previsto algún plan de verano?

-Tengo previsto irme, pero no hay ningún plan cerrado. Haré viajes dentro de España, seguramente alguno también fuera, pero no soy muy planificadora. Hay gente que coge los billetes con mucha antelación, pero yo no, yo soy viajera de las de de repente, del momento. Se me ocurre un lugar y me voy. Me gusta hacerlo así.

Aunque ya tenía una trayectoria anterior, conocimos a Usun Yoon a raíz de El intermedio.

-¡Qué recuerdos! Estuve durante siete años con Wyoming y qué bien estuve, fue muy divertido. Trabajábamos mucho, pero no nos dábamos ni cuenta. Ahora, pasado el tiempo, sí que fijas en todo lo que hicimos en aquella época. Me he dado cuenta de que era una reportera muy querida y estoy muy agradecida por el apoyo que tuve. La gente se reía conmigo y yo me reía con la gente.

Su preparación universitaria no tiene nada que ver con lo que ha hecho y con lo que hace.

-Ja, ja, ja... Para nada. Antes de hacer El intermedio estaba trabajando en el cine, pero no en comedia, hacía dramas. Fíjate, parece que no me pega nada, pero así fue. El intermedio fue mi primer programa de entretenimiento. Al principio no entendía nada, además era un programa de política. Fue un experimento para mí y supongo que también fue un experimento para los de La Sexta. Al principio fue todo muy surrealista, pero acabé encajando.

¿Es más difícil ser reportera que actriz?

-Bastante más. Era un campo nuevo para mí porque no tenía una formación como periodista, pero mi personaje de reportera en la calle fue muy agradable y además hacía reportajes simpáticos.

¿No echa de menos ese programa que tanta popularidad le dio?

-¡Cómo no lo voy a echar de menos! Ya digo que la experiencia fue genial, el equipo era maravilloso y yo me sentía feliz y estupendamente. Pasé siete años maravillosos y fue todo un experimento, pero también toda una experiencia en la que conocí a gente maravillosa.

Era feliz, todo era maravilloso, se sentía querida, pero decidió dejarlo. ¿Por qué?

-Porque durante mi estancia en El intermedio hice de todo: reality, entrevistas a famosos, entrevistas a la gente de la calle... Hice más de lo que podía hacer. Fueron siete años y eso es mucho tiempo. Tenía ganas de volver al mundo de la interpretación y por eso decidí dejar El intermedio. Creo que lo hice en un buen momento, porque estaba muy contenta y lo dejé cuando pensé que iba a dejar buenos recuerdos. No quería repetirme haciendo siempre el mismo trabajo.