EEUU.- Todo empezó el pasado 15 de diciembre, cuando Curtis Brooner, de 50 años, se quedó encerrado en un baño de un restaurante Burger King de Oregón (Estados Unidos) durante más de una hora hasta que llegó un cerrajero. Cuando logró salir, el responsable le prometió darle de comer gratis "de por vida". A partir de ese día, y durante los 13 siguientes, el cliente volvió al restaurante cada jornada, incluso en varias ocasiones. Sólo faltó los días 24 y 25 de diciembre. Sin embargo al día siguiente, los empleados le comunicaron que, por orden de su superior, tenían que suspender el trato. Llegados a ese punto, Curtis Brooner decidió interponer una demanda civil con la que su abogado reclama que la compañía cumpla con la promesa darle de comer gratis de por vida, o al menos, una comida semanal durante el resto de su vida. También aceptaría que se le compense económicamente, con 9.026 dólares, una cantidad estimativa que cubriría el pago de una Whopper semanal, a lo largo de 22 años. Según ha declarado Curtis a The Oregonian, estar en un baño "es el típico lugar en el que tienes que contener la respiración: entras y sales tan rápido como puedes. Pero esa es una opción que yo no tuve", pese a ello, reconoce que le hubiera parecido bien si le hubieran invitado a comer tan sólo al día siguiente, pero, asegura que es una cuestión de honor, el que cumplan con la promesa dada.