Avery, el gato de Sally Bell, empezó a llevar gafas de natación a su casa, situada en Bristol (Reino Unido). Durante las últimas tres semanas llevó ocho ejemplares de gafas, y eso que la casa de su dueña no se ubica cerca de ninguna piscina. Sally Bell no sabe si son de una casa vecina o de diferentes. La dueña del animal intentó buscar a los dueños de los objetos en las redes sociales, pero no encontró respuesta. “La gente se ríe simplemente”, lamentó la mujer.