El Vaticano, como cada año, monta en la plaza de San Pedro un belén para conmemorar las fechas en las que entramos a partir de ahora; una Navidad atípica en la que el coronavirus es el verdadero protagonista. Ahora bien, en la Santa Sede, el 2020 también será recordado como el año en el que un astronauta llegó hasta el tradicional pesebre para acercar el espectáculo al presente. Su inauguración tuvo lugar el pasado viernes por la tarde a cargo del presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, momento en el que descubrimos numerosas figuras de cerámica de varios colores y enorme tamaño, incluyendo entre sus personajes incluye a un desconcertante astronauta. ¿Cómo había llegado allí? Sea como fuere, el astronauta ha generado desconcierto entre todos los visitantes del pesebre de corte postmoderno. En total, el Belén original contaba con 54 estatuas grandes entre las que figuraban un musulmán, un judío y hasta verdugo si bien no han sido todas expuestas. En el acto de inauguración también se iluminó el abeto rojo de 28 metros de altura de la plaza de San Pedro que proviene de los montes eslovenos.