Las playas de Recife han pasado a convertirse en una de las zonas más famosas de Brasil y no precisamente por una buena razón. Desde el National Geographic avisaron que un 50% de los ataques de tiburón acontecidos en Sudamérica se concentran en estas playas.

La presencia de tiburones en la zona ha ido en aumento

El primer ataque se registró en 1947 cuando un joven fraile, que residía en la iglesia de la zona, recibió una mordida mortal de un tiburón tras adentrarse en las aguas de esta playa, según informó Efe. Tras ello, en la década de los 90 comenzaron a multiplicarse los ataques debido a la cada vez mayor presencia de tiburones en la zona, fruto de la sangre que un matadero lanzaba al mar.

La mayoría de los ataques, incluidos los dos últimos de julio, ocurrieron en las proximidades de la iglesia del barrio Piedade, una capilla carmelita prácticamente construida a la orilla del mar en el municipio de Jaboatao dos Guararapes, en la región metropolitana de Recife y próxima al aeropuerto internacional.

Ahora, el submarinista Fernando Clark alertó que el amplio número de tiburones en la zona puede deberse a la gran concentración de peces y al surgimiento de nuevos ecosistemas. A ello, también se ha sumado la ampliación del puerto.

Las playas de Recife, nueva atracción turística

La zona no ha tardado en convertirse en una gran atracción turística, donde los visitantes no dudan en acercarse hasta la iglesia para retratarse con los avisos de peligro. La agente de viajes, Verónica Veve, aseguró que "existe ahora un pedido en casi todas las excursiones y paseos turísticos para pasar por la 'playa de los tiburones".

Camisetas tiburón en las playas de Recife, Efe

Un comerciante de bebidas y bocadillos en la playa de Piedade, Guilherme Augusto, contó a Efe que los nuevos turistas peregrinan hasta la playa "para saber dónde fue (el ataque)". Es el caso de la turista Thais Leao, que admitió que a pesar del "miedo" de aproximarse a la playa no dejó de "arriesgarse" para tomarse fotos a la orilla del mar justo en el mismo punto en el que ocurrieron los dos últimos ataques.

En la tradicional Plaza de Boa Viagem, los llaveros con el tiburón están siempre agotados y la camiseta más vendida es la que tiene estampado a un hambriento escualo de puntiagudos dientes con mensajes alusivos a un personaje que ya forma parte del cotidiano de Recife.