pamplona Desde hace varios años se está trasmitiendo a Adecana por parte de diversas cuadrillas de caza mayor el malestar que en concretas ocasiones se les causa cuando son denunciados por dejar sin custodia a sus perros en las carreteras en el transcurso de batidas de caza mayor, basándose para ello en un supuesto abandono de los mismos, o en el artículo 127 del Reglamento General de Circulación, el cual establece que "se prohíbe dejar animales sin custodia en cualquier clase de vía, o en sus inmediaciones, siempre que exista la posibilidad de que estos puedan invadir la vía."Recientemente ha habido un repunte de intentos de denuncia de este tipo, y ante ello desde Adecana opinan que la aplicación de este artículo está pensado para otro tipo de situaciones, como puede ser por ejemplo lo que pueda ocurrir con ganado o con perros realmente abandonados, pero que no tienen nada que ver con las batidas de caza mayor.

Tal como afirma Jesús Irazola, "En realidad, los perros de jabalí no se han dejado en la carretera, sino que por circunstancias de la cacería han llegado a ella en persecución de los jabalíes, y para conseguir recuperarlos, muchas veces la orografía de los montes implica que el perrero necesita más tiempo de lo que puede opinar un agente para llegar a donde está su perro al tener que dar grandes rodeos en zonas donde no hay pistas ni carreteras".

Jesús recalca que "el primer interesado en recoger al perro cuanto antes es su propio dueño, y para eso se les coloca un radiolocalizador y nº de teléfono en el collar para tenerlos lo más controlados posible, ya que son animales muy apreciados y no quiere que sufran o provoquen accidentes."

Ante ello un perrero argumenta "Nos dicen que debemos de tener los perros totalmente controlados en todo momento, pues que nos digan ellos como se puede controlar a un perro de rastro que va detrás de un jabalí durante mas de tres o cuatro horas, cruzando caminos, carreteras, ríos y lo que haga falta". "Si seguimos así, lo único que van a conseguir es que dejemos de cazar al jabalí, y que esta especie se propague hasta tal punto que se provoquen más accidentes que los que ya hay y más daños a la agricultura."

LAS BATIDAS DE JABALÍ

En Navarra existen más de 100 cuadrillas de Caza mayor las cuales con un máximo de 30 perros cada una están dedicadas de forma principal a la caza de jabalíes, estando plenamente habilitadas para ello por el Gobierno de Navarra mediante sus correspondientes Planes de Ordenación Cinegética que determinan las manchas a batir y el espacio donde se realizan, instándoles a que abatan el mayor número posible de ejemplares por los daños y accidentes que causan. La modalidad de caza social que aquí se practica se lleva a cabo mediante batidas organizadas en la que se colocan las líneas de puestos rodeando la zona a batir. Una vez colocadas las posturas con los tiradores los resacadores sueltan los perros para que cojan el rastro de los jabalíes hasta llegar a ellos, levantándolos de sus encames, y, siguiendo el instinto que caracteriza a este tipo de perros, comienza una persecución en la que si los jabalíes sobrepasan las líneas de tiro los perros pueden ir tras ellos, cruzando caminos y carreteras que encuentren a su paso.

Desde Adecana afirman que "esta es una actividad que se viene realizando en toda Europa desde tiempos inmemoriales, adecuándose plenamente a la legalidad vigente. La única forma que tienen los cazadores de caza mayor de cazar con sus perros, es soltándolos para que sigan los rastros de los animales, y como es lógico y normal estos perros van detrás de los jabalíes muy delante de los batidores, sacándoles bastante distancia, y a pesar de ello siempre están bajo control por los radiolocalizadores que portan.

Desde esta asociación opinan que este articulado se ha de aplicar debiéndose de hacer una interpretación lógica y adecuada a lo que conlleva una batida de caza mayor, ya que su tipificación es por dejar animales sin custodia en las carreteras, y en este tipo de caza la "suelta" se suele realizar lejos de las mismas, y lógicamente un perro que lleva cazando por el bosque varias horas siguiendo el rastro de los jabalíes no puede ser controlado de igual forma que si lleváramos el perro atado, amén de que cuando sus responsables constatan que se acercan a alguna carretera van lo más rápidamente posible a recogerlos".

La dinámica habitual de este tipo de situaciones suele ser que la mayor parte de los agentes de la Guardia Civil o de la Policía Foral, entre los que hay muchos de ellos aficionados a la caza, cuando ven un perro de caza de jabalí cerca de una carretera avisan a los cazadores gracias a los números de teléfono que llevan en sus collares, y estos llegan lo antes posible a hacerse cargo de los mismos, Lo que hay que conseguir que los agentes y los cazadores colaboren conjuntamente en ayudar a resolver este tipo de situaciones.