Rascacielos y templos, tiendas de lujo y mercadillos, y puestos de comida callejera al lado de 63 restaurantes con estrella Michelin, se mezclan en esta ciudad con una extensión total de mil kilómetros cuadrados, un poco más que la mitad de Gipuzkoa.

Británica durante 155 años, Hong Kong pasó a ser una región especial de China hace 22 años. Puente entre Occidente y China, esta ciudad de más de siete millones de almas está ahora mismo en el epicentro de la geopolítica internacional.

A pesar de las imágenes que se han difundido por los informativos en los últimos meses, sigue siendo un destino seguro para los viajeros, además de una plataforma desde la que visitar otros destinos asiáticos como Macao, algunas ciudades de China sin necesidad de tener visado, o Vietnam y Camboya gracias a su aeropuerto, uno de los mejores conectados del continente.

Por barrios

Hong Kong está dividida en tres territorios: la isla, la zona de Kowloon y los nuevos territorios, aunque son los dos primeros los más atractivos para el viajero. Por lo tanto, una primera recomendación práctica es escoger el alojamiento en algunas de las dos primeras zonas para poder descubrir la metrópoli y sus pintorescos rincones a pie o en transporte público.

El barrio de Tsin Sha Tsui ofrece todo tipo de hoteles de 1 a 5 estrellas, además de una vida callejera de lo más animada. Además, las manifestaciones de los últimos meses han hecho que los hoteles cuesten actualmente menos de la mitad que hace un año por estas fechas, haciendo de esta ciudad, una de las más caras del mundo, un destino todavía más accesible.

Para un primer acercamiento a la historia de este singular enclave una opción inmejorable es realizar un free tour. Hay varias opciones en la zona de Kowloon y en la zona financiera, donde están sus principales rascacielos, siendo la propina recomendada en estos casos de unos cien dólares locales (11 euros) www.freetour.com/es/hong-kong.

Pero también es una ciudad muy fácil de recorrer con una guía en la mano. La oficina de turismo oficial ofrece una guía gratuita en formato PDF que se puede imprimir en esta dirección: https://www. discoverhongkong.com/common/ ebook/Travellers-Guide_201712_EN.pdf

Entre las visitas recomendadas en la isla de Hong Kong, para ver cómo siete millones de personas se pueden concentrar en un territorio tan pequeño como este, está la subida a Victoria Peak. Este mirador ofrece una de las vistas más espectaculares de la ciudad. El ascenso se puede hacer en un funicular que data de la era victoriana. El billete de ida y vuelta con acceso al mirador cuesta otros cien dólares de Hong Kong.

En épocas de lluvias y nubes es importante programar la visita según la previsión meteorológica, ya que durante los meses más calurosos y lluviosos es probable que las nubes cubran el monte. También es posible subir en autobús público, que resulta más barato.

Pero quizás, en la isla lo más interesante sea perderse por sus calles, callejuelas y avenidas, algunas llenas de famosas marcas de ropa y otras de pequeñas tiendas que venden todo tipo de mercancías (marisco seco, pescado vivo...). Hay también una calle, la conocida como Cat Street (calle del Gato), con todo tipo de souvenirs y artesanías orientales. Su nombre viene porque aquí se vendían antiguamente mercancías robadas. A estos vendedores los hongkoneses llamaban ratas, y por lo tanto los compradores recibían el nombre de gatos. Hoy es un sitio muy popular para comprar recuerdos variados.

También es un buen lugar para probar una curiosa bebida local que se llama yuanyan, que es una mezcla de café y té, original de la ciudad, perfecta para recuperar fuerzas, junto al egg cake o al apple cake, también muy típicos de la ciudad.

Al frente de la isla de Hong Kong, en la orilla contraria, se encuentra la bulliciosa zona de Kowloon, que también ofrece un mirador alternativo al Victoria Peak. Se trata del International Commerce Centre, el tercer edificio más alto de China. En su planta 100 se encuentra el mirador de edificio, conocido como Sky100, que ofrece unas vistas espectaculares de todo Hong Kong y su bahía. Abre de 10:00 a 21:00 horas.

Ambos miradores y otras atracciones de la ciudad están incluidos en una tarjeta que por 100 euros incluye la entrada a más de 15 lugares de interés por todos los territorios (https://www.iventurecard.com/us/ hong-kong-macau/)

Sinfonía de luces en ferry

Las dos zonas están unidas por varias líneas de ferries, que más que un transporte público son una atracción en sí mismas por solo medio euro, y especialmente el Star Ferry (http://www.starferry.com.hk/) que lleva operando desde el año 1870. Si además el viaje se hace a las ocho de la noche, se podrá disfrutar a bordo de la Sinfonía de Luces, un espectáculo multimedia diario gracias a los sistemas de luz y láseres instalados en las torres financieras. Otra opción es contemplarlo desde tierra, en la zona de la Torre del reloj en Kowloon. Un plan espectacular al anochecer para cerrar un magnífico día en Hong Kong.

Quienes tengan energía suficiente pueden disfrutar hasta media noche de mercados como el Ladies Market, donde se venden, hasta media noche, todo tipo de prendas, cerámicas y electrónica, además de imitaciones de marcas a buen precio, o el mercado de Jade, entre otros. Estos mercados suelen estar también rodeados de populares restaurantes donde recuperar fuerzas y disfrutar de comida local, china o japonesa, casi siempre a muy buenos precios.

En Hong Kong la comida callejera se mezcla con la alta gastronomía. La ciudad cuenta con 63 restaurantes con estrella Michelin, de ellos 6 de tres estrellas y 11 de dos estrellas. Pero lo más llamativo es el precio de algunos. Ho Hung Kee, en Causeway Bay, en la zona de Kowloon, tiene una estrella Michelin y figura entre los más baratos del mundo: allá se puede comer de lujo por solo 25 euros.

Otro muy popular entre los turistas foodies es Tim Ho Wan, que tuvo una estrella hasta hace dos años, y donde es posible degustar algunos de los mejores dim sum del mundo por menos de 15 euros. Hay varios tours especializados en gastronomía que visitan mercados, cocinas e incluyen degustación, y se pueden consultar en https://www.hongkongfoodietours. com/.

Además, la vida cultural de la ciudad es intensa. Hay una ópera con una amplia programación anual (http://operahongkong.org/) pero es especialmente conocida la Ópera cantonesa, única en su género en el mundo (http://www.discoverhongkong.com/ es/see-do/culture-heritage/living-culture/chinese-opera.jsp).

El rápido desarrollo de la ciudad dejó pocos legados históricos, pero aún se pueden encontrar templos budistas y taoístas entre grandes edificaciones modernas, así como restos de edificios coloniales ingleses. La web oficial de la oficina de turismo local ofrece un listado de lugares, precios y horarios que conviene no dejar de visitar (http://www.discoverhongkong. com/uk/see-do/culture-heritage/historical-sites/index.jsp).

GUÍA PRÁCTICA

Cambio. Hay muchas casas de cambio por la ciudad, donde siempre salen mejor las cuentas que en el aeropuerto.

Compras. Es imprescindible comprar la tarjeta Octopus, que sirve para pagar el transporte público, y también en tiendas. Cuesta 50 dólares hongkoneses (unos 6 euros) que se pueden recuperar al devolverla. También se puede utilizar para los ferries e incluso en restaurantes y tiendas.

Móvil. Para usar el móvil se ofrecen tarjetas SIM por unos 10 dólares cargadas de bastantes minutos de llamadas locales (muy útil) y 8 gigas de datos para navegar por internet.

Leer y ver antes del viaje. El viaje comienza mucho antes de subir en un avión; por ejemplo, leyendo o viendo algún trabajo audiovisual. Estas son algunas recomendaciones: Los mares de Wang, de Gabi Martínez; El puerto del perfume, de Elizabeth Ming; y el documental Historia de Hong Kong de 1841 a 1997, que se encuentra en https://www.youtube.com/watch?v =Kk6gfAtwZ7Q