PAMPLONA. Según ha explicado el director de esta startup, Engineea, Fernando Ruiz, la gestación de este producto les sobrevino por casualidad: "estábamos trabajando con temas de grabación y envío de vídeos en 3D a través de Internet, y se nos ocurrió que estaría bien que un teléfono móvil tan conocido como el iPhone incorporara el 3D".
Así que, ni cortos ni perezosos, y tras patentar la idea, le acoplaron el pasado octubre un aparato que permite que dos cámaras graben simultáneaente, de tal forma que logran generar el efecto de las tres dimensiones: así nació Sthreeam.
"Al empezar a trabajar en serio nos dimos cuenta de que era bastante más complicado de lo que habíamos pensado, y lo que preveíamos que estaría listo para febrero se nos alargó hasta mayo", ha descrito Ruiz.
Y es que esta pequeña y joven empresa, nacida en febrero de 2010, tuvo que empezar a negociar con la compañía de Steve Jobs: "Apple es muy celoso de sus productos, así que te exige seguir un proceso de certificación. Los prototipos los teníamos listos desde hace un mes, pero hasta que Apple no te da el visto bueno, no puedes hablar del proyecto".
Así, Engineea tuvo que mandar unos prototipos a Apple para que la empresa de la manzana los probara, y sólo desde el momento en el que han verificado que funcionan les han permitido hablar de ellos, aunque el proceso de certificación todavía no ha concluido.
"El aspecto tecnológico ya está muy trillado, sólo nos faltan por hacer pequeñas modificaciones, pero ahora toca planificar y desarrollar el proceso de fabricación y logística, algo nuevo para nosotros, ya que somos tecnólogos, y lo que queda por hacer es más tema de imagen y de márketing", ha puntualizado Ruiz.
Pero esta dimensión del producto también reviste su importancia para Apple, que tendrá que dar el visto bueno "hasta al embalaje" en el que Engineea va a enviar el producto a sus clientes.
Para empezar con este proceso de comercialización y "darle un poco de publicidad", el nuevo gadget fue puesto el pasado sábado a disposición del público en una página web americana, donde los potenciales consumidores pueden verlo en un detallado vídeo y solicitar preórdenes de pedidos.
"En la página web ofrecemos el producto más barato, ya que el producto está en proceso de desarrollo, y así esperamos empezar a recibir dinero para poder iniciar el proceso de fabricación en serie, de diseño de la caja de cartón en la que irá el aparato...", ha enumerado Ruiz.
Este escaparate virtual les permitirá comprobar, según Ruiz, si "hay demanda del producto o si éste se trata tan sólo de una simple curiosidad tecnológica", de la cual existen dos modelos, uno pensado para el iPhone 3GS, que cuesta unos 50 dólares y que sólo hace fotos en 3D, y el otro concebido para el 4GS, que tiene un precio de 70 dólares y que registra tanto vídeo como fotografías.
"De momento hemos conseguido unos 1.000 euros, menos de lo que preveíamos, pero hay que tener en cuenta que era fin de semana, que siempre es más difícil, y con la difusión que están intentando darle ahora, esperamos que suba", ha asegurado Ruiz.
Sea como sea, Ruiz ha afirmado que es "un orgullo" haber conseguido llegar hasta el punto en el que se hallan, ya que ha sido un proceso "complicadísimo", que, sin embargo, han logrado sacar adelante "con un poco de esfuerzo y moral", y ha señalado estar "muy contento" con el resultado.
"Cuando la gente ve el producto, admite que hay calidad, tecnología, conocimiento, es algo muy curioso, porque parece que la pantalla se mete hacia dentro, y luego el vídeo se puede ver en televisores 3D o en el propio teléfono. Nos hemos intentado adecuar a lo que ofrece el iPhone, ni más ni menos, para que haga en tres dimensiones lo que ya hace en dos".
Es la apuesta de cinco emprendedores navarros que, "con seguridad cero", pero con toda su pasión por la tecnología, han puesto a rodar un producto que, tal vez, a partir de septiembre, y si Apple lo quiere, permitirá capturar la realidad en tres dimensiones desde cualquier iPhone del mundo.